Desde el devastador terremoto de enero de 2010, que colapsó la economía haitiana, el país ha realizado «significativos progresos», según el FMI, que espera que el producto interior bruto (PIB) este año crezca un 6,5 %.
«La recuperación se espera que sea más firme en 2013 y las proyecciones a medio plazo son prometedoras, aunque persisten riesgos a la baja», dijo el FMI al referirse al hecho de que el año pasado el país caribeño fue afectado seriamente por la sequía, el impacto del huracán «Isaac» y los retrasos en la marcha de proyectos de reconstrucción.
En 2012, el crecimiento de la economía de Haití fue de un 2,8 %.
El FMI consideró que la condonación de parte de la deuda externa, de la que es partícipe el fondo, ha ayudado de manera decisiva a mejorar la situación tras el terremoto, que destruyó la capital Puerto Príncipe y hundió el sector primario, industrial y las infraestructuras básicas.
«De todas maneras el ritmo de reconstrucción y recuperación económica ha sido lento, debido a la débil administración, las persistentes tensiones sociopolíticas, la difícil situación de seguridad y el frágil clima de negocios», indicó el FMI en su informe de revisión anual de la economía haitiana bajo el llamado artículo IV.
Asimismo, destacó que la inflación se mantiene controlada en un único dígito y sus previsiones indican que se suavizará ligeramente al pasar de 6,5 % en 2012 a 5 % en 2013.
Para consolidar la reconstrucción, los técnicos del Fondo subrayaron la importancia de que el espacio fiscal generado para el gasto en programas de mitigación de la pobreza y la expansión económica sean asegurados con unos mayores ingresos, por lo que recomendó una «reforma del sistema tributario y una ampliación de la base impositiva».
También, y respecto a la ayuda exterior, instó a las autoridades a aplicar «una mejor coordinación de los protocolos junto con los donantes, y a una más estrecha adecuación de la asistencia externa con las prioridades nacionales».
Por último, indicó la urgencia de reformas estructurales, especialmente en el sector energético, «para lograr un descenso del elevado coste de la electricidad, mejorar la eficiencia del suministro energético y reducir su peso en el presupuesto».
