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“Hacer la Diferencia”

Un cordial saludo a todos mis queridos lectores.

Si nosotros no hacemos la diferencia en este mundo, quien la va a hacer. Les comento esto para que vean que tenemos que hacer la diferencia. Iba yo con un amigo en su auto de repente llegamos a una luz roja de un semáforo, el se la paso en rojo, su hijo de 6 años iba en el asiento de atrás, entonces yo le dije: ¿Qué hará tu hijo cuando el comience a manejar si ese es el ejemplo que ve en su padre? El me contesto: Pero es que aquí todos lo hace. No importa que yo me pase una luz roja. Lo cierto es que yo no tengo que hacer lo que todos hacen le conteste yo. Yo tengo que hacer la diferencia, sino llegaremos a vivir en un país donde cada uno quiera hacer lo que le venga en gana. Yo no me preocupo si vine del mono o no, pero si me preocupa que cada vez vayamos mas para atrás hasta parecernos a los animales.

Hay una historia que quiero contarles para que reflexionen un poco sobre se hace la diferencia. “Había una vez un viejo y marchito árbol que crecía entre el bosque en una tierra que era muy alta. Era un día de invierno, estaba nevando y hacia mucho frío.

Un día llego al árbol un pájaro que volaba desde lejos. El pájaro estaba cansado y hambriento así es que se detuvo sobre las ramas secas del viejo árbol para descansar. ¿Amigo has venido desde muy lejos? Le pregunto el viejo árbol al pájaro. Si, si he volado desde muy lejos, estoy pasando por aquí y deseo descansar, respondió el pájaro. ¿Es bello el lugar de dónde vienes? Pregunto el viejo árbol. Sí que lo es, es muy bello por allá. Hay flores, grama, manantiales y lagos. Están también mis amigos pequeños pescados, pequeños conejos, ardilla, en fin vivimos una vida muy feliz, en realidad no es solitario para nada. Y es muy cálido allá, no es tan frío como lo es aquí. Oh, pues eres muy afortunado, por aquí el clima es muy frío  Nunca he dejado este lugar, ni tampoco tengo amigos, mi vida es muy solitaria. El viejo y seco árbol suspiró. Ah, que desafortunado eres. Cuán solitaria debe ser tu vida le dijo el pájaro, y el poco calor que conoces es demasiado poquito. Suspiro emocionadamente el pájaro. Justo en eso instante, unas pocas personas pasaban por el bosque  tenían frío y estaban cansadas. Si tan sólo tuviéramos un fuego, podríamos calentarnos y todo estaría bien. Dijo una de las personas.

De repente descubrieron que había un viejo y marchito árbol junto al camino y entonces, caminaron emocionados hacia el árbol. Cuando el pájaro vio las hachas en sus manos, rápidamente voló hacia otro árbol. Unos cuantos de ellos alzaron sus hachas y talaron al viejo árbol. Luego lo cortaron en leña. Poco después tenían un fuego rugiendo a pesar del frío y la nieve. La gente se sentó alrededor del fuego disfrutando del calor. Como ya no estaban congelándose, sonreían contentos. Pobre árbol viejo. Exclamo el pájaro. Antes estabas tan solitario, viviendo solo en este frío mundo. El viejo árbol sonrió entre las llamas. Amigo, no tengas lástima. No importa cuán solo estuve en el pasado, pero en este mundo hay algunas vidas que fueron calentadas por mí, y para ellas, ya hice la diferencia.

Hay un refrán que dice: “Todos no servimos para todo, pero si todos servimos para algo”  Este árbol viejo y seco hizo la diferencia para algunas personas que por ese lugar pasaban. No serbia para todo porque ya era viejo y estaba seco, pero si sirvió para algo. 

Que seamos nosotros como ese árbol, que podamos hacer la diferencia en este mundo en el cual nos ha tocado vivir.

Los dejo con el Versículo 17, del Capítulo 5, de la Segunda Carta de San Pablo a los Corintios que dice: “El cristiano es una criatura nueva. Lo antiguo ha pasado y ha llegado algo nuevo”.

Hasta la próxima y muchas bendiciones para todos.

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