De apellido Rodríguez para que no se vaya a ofender cualquier tocayo.
La indignidad propia y ajena, sobre todo la que se anida en sus superiores jerárquicos y se apadrina desde el Palacio Nacional.
Un Procurador que no “procura”.
Que no investiga.
Que simplemente recibe órdenes para configurar expedientes acomodaticios.
Que procura exclusivamente impunidad para sus jefes y allegados, y, de paso, para su persona.
Designado con esos fines y muy especialmente para montar la obra de teatro titulada Odebrecht.
Una obra en la que Danilo sale ileso y ningún danilista encausado.
Punta Catalina fuera de audiencias.
Las sobrevaluaciones también.
Olvido total de las financiaciones (sobornos a candidatos) a las campañas del PLD y especialmente al binomio Danilo Margarita; amalgama de dos facciones con graves delitos de Estado en su haber, siempre sin “ha lugar”.
Solo acusados unos pocos opositores internos y externos al nuevo Monarca… hasta que se desinfle un expediente confeccionado para no sancionar ejemplarmente a los principales.
Todo fríamente calculado.
A la medida de un Ministerio Público y un Poder Judicial debidamente secuestrados, en el que el mismo fue incluido para garantizar lealtades a la corrupción impune.
No hay sorpresa.
Su rosario tiene cuentas pendientes.
“Morosos SRL” y su contrato con BANRERVA.
“Decay” y la venta de comida al sistema carcelario.
“Fair Niente SRL” y sus negocios con CEIR.
“Jurivest SRL” y su asociación en negocios con Rondón.
Asesoría a INDOTEL sobre “prácticas de regulaciones desleales”.
Ventas a Ministerio de la Presidencia hasta el 2007.
224 millones de patrimonio declarado y quien sabe cuántos sin declarar.
Ese es el agresor por encargo superior.
Ataques perversos inhabilitados para herir dignidad.
Ataques de una asociación delictiva estatal-privada
Ataques que enaltecen a quienes lo reciben.
¡Como acontece con Miriam!
La decadencia se acelera.
La descomposición despide malos olores.
Ese poder mafioso resulta insoportable.
La calle habrá de decidir no muy tarde su destino.