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La carretera  

El pueblo dominicano no sabe con exactitud cuánto costó la carretera de 106 kilómetros, desde la Autopista Las Américas hasta Samaná. Algunos dicen que 200 millones de dólares. Otros aseguran que 240. Nadie lo sabe con certeza. Lo que sí sabemos es el Estado, es decir, el pueblo, ha gastado una verdadera fortuna cubriendo el déficit por la escasa circulación de vehículos.

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El pueblo dominicano no sabe con exactitud cuánto costó la carretera de 106 kilómetros, desde la Autopista Las Américas hasta Samaná. Algunos dicen que 200 millones de dólares. Otros aseguran que 240. Nadie lo sabe con certeza. Lo que sí sabemos es el Estado, es decir, el pueblo, ha gastado una verdadera fortuna cubriendo el déficit por la escasa circulación de vehículos.

El periódico El Nacional publicó una información anunciando que el peaje en los cuatro puntos que tiene la carretera subió de dos mil 44 pesos a dos mil 164, ida y vuelta. Días antes el Diario Libre aseguró que el gobierno le asignó a la empresa concesionaria para este año más de tres mil 566 millones, 978.8 millones más que el anterior.

Debo destacar que la empresa de capital colombiano gana transiten o no los vehículos. Y lo hará durante 30 años según el contrato. Como recodaran el Banco Mundial hizo un estudio y determinó que la obra sería un éxito. Para curarse en salud los colombianos, que no tienen un pelo de tontos, incluyeron el peaje sombra para cubrir el déficit del tránsito. Si no hay vehículos en la vía no es su culpa, pero es bueno porque no será necesario el mantenimiento permanente que debe hacer.

Los colombianos, y sus socios dominicanos, ganan siempre; el pueblo, que pone el dinero y los muertos y heridos en accidentes debido a la peligrosidad la vía, pierde.

El Diario Libre en un reportaje dice que “en los últimos cuatro años el Estado ha subsidiado RD$7,949.5 millones –más de lo que costó la carretera- por concepto de “peaje sombra” para cubrir las metas financieras de la empresa que tiene la concesión, un promedio de RD$5.4 millones por día”.

Y agrega: “El contrato firmado en el 2001 con la concesionaria Autopistas del Nordeste C. por A, que tiene la administración por 30 años, establece un ingreso mínimo garantizado, que debe asumir el Estado, cuando la circulación de vehículos es baja y no se alcanzan los ingresos estimados por peaje”.

“El promedio anual estimado de tránsito por la autopista es de más de 839,500 vehículos, con una circulación diaria proyectada entre 2,000 a 2,300 vehículos”. (Si bien es cierto el contrato se firmó en el 2001 por Miguel Vargas, ministro de Obras Públicas  durante el gobierno de Hipólito Mejía, la obra fue entregada en la primera gestión de Leonel Fernández. Por razones que ignoro  la obra fue detenida en el último año del PRD. Leonel, a su retorno al poder, asumió nuevamente  y la inauguró en el 2008 aunque ya estaba abierta el Publio)

Como siempre, la obra comenzó con un presupuesto que no llegaba a los 200 millones de dólares, pero fue aumentando considerablemente de tal manera  que nadie sabe su costo original. Como está ocurriendo hoy con las plantas eléctricas de Punta Catalina, que nadie sabe cuánto costarán. Y ya hablan de venderla a precio vil.

(Me gustaría saber, con honestidad, de cuántos millones fue “el peaje sombra” que recibieron los que autorizaron la firma y posterior construcción de tan costosa y perjudicial obra para el pueblo)

El ministro de Obras Públicas, Gonzalo Castillo, que avala los aumentos del peaje en los 4 puntos y que influye en su presupuesto el dinero del subsidio por mandato de la ley, dijo que antes de terminar el 2018 el problema estaría resuelto. Ha terminado el año y extrañamente la empresa anuncia más aumentos de precios en los peajes a pesar que el gobierno le autorizó cerca de mil millones de pesos adicionales a los que recibió el 2018.

Es un abuso continuar con tan leonino contrato. Un gobierno defensora de los recursos del Estado habría renegociado ese contrato y sometido a la justicia, enviado a la cárcel a más de uno.

¿Cuándo debo tener en el bolsillo para ir a la hermosa península de Samaná y pasar un fin de semana con la familia para disfrutar su paradisíaco paisaje, su increíble costa, su “callo levantado”, disfrutar de su inigualable pescado con o sin coco, sentarme en el parque y dormir en uno de sus hoteles? No lo sé con exactitud, pero como están los precios incluyendo los peajes, combustible, etc.,  supongo que tengo que hacerle un préstamo al Banco Mundial, lo cual es muy perjudicial para el turismo de la zona.

 

 

 

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