En la política, ser optimista no se trata de ver el futuro a través de un cristal diáfano o de jugársela por las promesas de un mundo lejano. Ser optimista es un tema del presente, de los pasos concretos que se dan en el ahora y que representan nuestra apuesta por el futuro.
La administración del Presidente Medina es un vivo ejemplo de lo que llamo el optimismo en la política. Desde que planteó por primera vez su programa de gobierno, el Presidente delineó un plan de acción lleno de ideas positivas y proyectos que apostaban por una mejor nación, demostrando una creencia firme en la posibilidad de que la mayoría de los dominicanos tuviese acceso a mayores y mejores oportunidades de desarrollo.
Ocho meses y medio después de hacerse cargo de las riendas, las ejecutorias de la presente administración son una muestra fehaciente de lo que se puede alcanzar practicando una política optimista.
Proyectos como la tanda extendida de educación, que hoy se practica con éxito en un piloto de 97 escuelas y con la participación de más de 23 mil niños, los sorteos para la construcción de 4 mil nuevas aulas, la asignación de la construcción de 400 mil pupitres a micro, pequeñas y medianas empresas y la campaña nacional de alfabetización, incluyendo el proyecto de alfabetización de discapacitados, evidencian una apuesta decidida por la educación como el camino más expedito de promover el desarrollo nacional.
En materia de agricultura, se han destinado partidas por RD$3,113.5 millones que se han dispuesto para la dinamización del sector, reactivando así la economía en decenas de municipios en todo el país, con sustento en estos fondos está programada la siembra 400 mil tareas, reparación de caminos; apoyo a la pecuaria, en especial a los productores de leche; la capitalización del Banco Agrícola y la reparación de la infraestructura de riego en todo el territorio nacional.
Como buena noticia para las emprendedoras y los emprendedores se creó El Banco Solidario, Banca de los Pobres y de la Mujer para integrar al sistema financiero a miles de familias, con especial atención a las jefas del hogar, la institución de microcrédito cuenta con un capital de RD$1.000 millones a ser destinados en capacitación y asistencia técnica, y para el primer año, la administración aspira a beneficiar alrededor de 75 mil ciudadanos de bajos recursos.
Por otro lado, el proyecto de construcción de 100 estancias infantiles que procura elevar a 90 mil niños la capacidad de acogida de estos espacios, permitirá a las madres de los beneficiados acceder al mercado productivo, convirtiéndose en otra consecuencia de la aplicación de una política optimista, una política que cree en la gente.
Estos son algunos de los puntos que ocupan la agenda de la nación, y es que al pueblo dominicano le viene bien acostumbrarse a la práctica de una política optimista, esa que acepta los retos, se recoge las mangas y pone manos a la obra en el presente para la construcción de un mejor futuro para todos y todas. Es tiempo de volver a creer que, desde la política, las cosas se pueden hacer mejor.