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Batalla Electoral 2024

Lágrimas de Sangre

En días pasados, tuve la dicha de visitar la Capilla del Hombre en Quito. Luego, esa misma noche, fui a la Casa de la Música y para mi sorpresa, se presentaba un gran talento dominicano: Aisha Syed. Ver las obras de Guayasamil y escuchar las notas del violín de Aisha en el mismo día es algo así como dar una vuelta en el paraíso.

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En días pasados, tuve la dicha de visitar la Capilla del Hombre en Quito. Luego, esa misma noche, fui a la Casa de la Música y para mi sorpresa, se presentaba un gran talento dominicano: Aisha Syed. Ver las obras de Guayasamil y escuchar las notas del violín de Aisha en el mismo día es algo así como dar una vuelta en el paraíso.

Cuanto me encantaría que la juventud de nuestro país apreciara más la iniciativa de integración del arte latinoamericano. Sueño con el día que vaya a ver presentarse la Sinfónica o a visitar el Museo de Arte Moderno y que no haya un estudiante que no quiera unirse a las iniciativas filantrópicas y de promoción de nuestra cultura, sin importar cual sea su carrera. Y por supuesto, que todos los dominicanos tengan la oportunidad de una educación privilegiada donde en la UASD no se escuche hablar de protestas, sin de círculos de estudio en donde conversen sobre Shakespeare, Vivaldi y Van Gogh.

Los fines de semana, cuando paseo a solas por las calles de la Zona Colonial, me pregunto cuándo será que dentro del presupuesto nacional prioricen la inversión en restaurar la obra de Zanetti en el Palacio Consistorial, por ejemplo, y no en financiar las obras ilícitas de Odebretch. Es difícil creer que en nuestro país el pueblo hable tanto de farándula, pero le demos tan poca importancia a los valores de Duarte o a conversar sobre nuestros orígenes y las civilizaciones clásicas.

Porqué será que es tan difícil, en esta lucha por promover las ciencias humanísticas, hacer que un pueblo entienda que nuestra salvación no está en codiciar los bienes materiales, ni en la ambición de poder, sino en el fomento de la musicalidad, los colores y la naturaleza? Me encantaría que algún día, cuando me siente a hablar sobre mis proyectos de cambio y de ayuda social, en mi país me oigan con más detenimiento y no que sea conversando con personas de afuera que logre sentirme entendida. Por suerte, al menos quedamos algunos soñadores que creemos en reavivar entre la juventud lo más bello que tiene la República Dominicana: nuestra cultura. Recomendación de la semana:

Leer “Animales Salvajes” de Rubén Lamarche.

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