Desde hace tiempo organizaciones y sectores importantes del país, la sociedad civil, incluyendo algunos medios de comunicación, entre otros, han criticado el alegre barrilito o cofresito, en el que se manejan recursos de los cuales disfrutan los legisladores que, según se estima, ascienden a la astronómica suma de RD$1,348 millones, constituyendo un aberrante privilegio.
Con esa suma se puede sufragar gastos de otras instituciones gubernametales que languidecen por falta de dinero para ofrecer sus servicios a comunidades de bajos recursos económicos.
Todos los legisladores, sin excepción, son millonarios, lo que de ninguna manera pueden negar por los cuantiosos recursos y privilegios que reciben del erario.
Nos sentimos sorprendidos con el anuncio del licenciado Abel Martínez, representante de la provincia de Santiago y presidente de la Cámara de Diputados, sobre a la eliminacion del privilegio del cofresito, mediante el cual cada miembros de ese organismo legislativo recibía, además de otros recursos, 50 mil pesos mensuales, que en conjunto ascendía a la suma de 114 millones de pesos, y dijo que ese dinero debe ser manejado a criterio del Poder Ejecutivo, lo que ha concitado el disgustos de algunos de los legisladores de ese organismo, pero sí la “satisfacción” de otros.
Tanto el alegre cofresito como el barrilito se nutren de los recursos que se obtienen de los impuestos que el pueblo paga al Estado y desde hace tiempo se viene criticando ese privilegio que reciben los legisladores como gasto social para, según dicen, “distribuir” ese dinero en sus respectivas comunidades.
Según los medios informativos, los diputados perciben fondos de 87,000 pesos por compensación social, y del alegre barrilito RD$50 mil pesos por apoyo a la gestión legislativa; RD$35,000 por gastos de representación. También manejan un fondo de ayuda social por 87 mil pesos y 45 mil pesos de viáticos por comisiones. Estos montos, sumado al salario, que es de 175,000 pesos, ascienden en un año a 1,051 millones.
Sin embargo, en el caso de los senadores, estos son renuentes a renunciar de la bicoca del alegre barrilito y defienden, con uñas y dientes, la “transparencia” con que, según dicen, son manejados esos recursos, propiedad del pueblo, con los que “ayudan” a sus respectivas provincias, queriendo emular así al Padre Billini y a la Madre Teresa de Calcuta, provocando el enojo en sectores de la población.
Mediante la bicoca del alegre barrilito, según medios informativos, el otrora presidente del Senado y otros tres senadores, estaban recibiendo mensualmente 900,000 pesos para ayudas sociales, mientras que el resto percibe entre RD$710 mil y 450 mil. Estos montos suman en un año 229 millones de pesos. Lo cual se eleva a 297, si se le agrega el salario.
Esto quiere decir que en salarios y las llamadas “ayudas sociales y compensaciones”, conocidos como barrilito y cofresito, senadores y diputados reciben cada año un total de RD$1,348 millones, lo cual representa un porcentaje de 24.7% del presupuesto asignado al Congreso Nacional, equivalente a una cuarta parte. Lo grande del caso es que esos recursos que reciben los diputados y senadores no son supervisados por ningún organismo del Estado. La Cámara de Cuentas debería de ocuparse de esa supervisión, por lo que muchas personas dudan de que en realidad esos recursos se estén utilizando, en su totalidad, en obras sociales.
En este año, los legisladores, en su club, consumieron comida gourmet, delicatesen, con productos importados, vinos foráneos de diferentes marcas y ricos postres, por un valor de más de 41 millones de pesos, mientras que el pueblo pobre come basura, por no mencionar otra palabra.
En virtud de esas bicocas, o privilegios irritantes, muchos dirigentes políticos, aspiran “modestamente ”, candidatearse para ser miembros de las Cámaras Legislativas, y los que están, a reelegirse en los próximos comicios.
No hay dudas, que durante sus respectivas campañas, como siempre, éstos invitarán al pueblo a apoyarlos por “su sacrificada” disposición de servicio y capacidad para resolver sus problemas más acuciantes. Sin embargo,como siempre se ha dicho, no son sus comunidades, sino ellos, los que reciben el mayor beneficio , por el “buen trabajo” que realizarán y conscientes de la bondad del disfrute de las mieles del poder.
En la Constitución de la República, en ninguna parte se establece que los legisladores sean dotados de esos ingresos, como el barrilito y cofresito, entre otros, para solucionar problemas que son propios de distintos organismos del Estado y no de las Cámaras Legislativas. Esos privilegios irritantes tienen que ser eliminados de ambas Cámaras.
Al tratar de justificar y defender los recursos del alegre barrilito, un senador dijo que con lo que sí se resolvería parte de los problemas del país es con la eliminación de las exenciones fiscales, el gasto tributario que asciende a RD$201 mil millones, y que con eso sí podemos atender el sector salud y las demandas de las comunidades con la cantidad de obras necesarias. La información la publicó el periódico El Día, en su edición del pasado jueves16 de Octubre. El senador es Dionis Sánchez, quien recibe mensualmente RD$400 mil para ayudas, mediante el “sabroso” barrilito.
Sin embargo, instituciones del Estado como el Ministerio de Salud Pública, la Procuraduría General de la República y la Universidad Autónoma de Santo Domingo, la Junta Central Electoral, entre otras, están afrontando serias precariedades por sus estrechos presupuestos para solucionar problemas como son los servicios deficientes de los hospitales, los bajos salarios de los jueces y fiscales, así como los exiguos recursos con los que se está desenvolviendo la academia estatal.
Mientras algunos legisladores defienden estos privilegios, el licenciado Martínez, informó que el Gobierno dedicará los recursos del alegre cofresito para ayudar a los hospitales públicos del país, que laboran con muchas deficiencias, donde acuden los pacientes de escasos recursos económicos para recibir atenciones médicas.
Quiero informarle a los legisladores que se desprendan de los recursos del barrilito y el confresito, que la Biblia dice: “Bienaventurado el que piensa en el pobre; en el día malo lo librará Jehová. Jehová lo guardará y le dará vida; será bienaventurado en la tierra, y no lo entregarás a la voluntad de sus enemigos: Jehová lo sustentará sobre el lecho de dolor; mullirás toda su cama en su enfermedad”, (Salmos 41:1-3).