Ginebra.- Millones de personas apátridas, es decir quienes carecen de nacionalidad, representan uno de los grupos más vulnerables frente a crisis como la pandemia de covid-19, el cambio climático o situaciones de conflicto como el que está resurgiendo en Afganistán, dijo hoy la ONU al conmemorar el 60 aniversario de la convención internacional elaborada para brindarles protección.
«Tener una nacionalidad implica gozar de la protección del gobierno que la confiere y puede ser la diferencia entre la vida y la muerte, sobre todo en tiempos de crisis, sea porque hace posible que una persona sea vacunada o evacuada» de un lugar donde corre peligro, explicó la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
La ONU estima, de acuerdo a cifras oficiales, que 4,2 millones de personas en el mundo son apátridas, pero la propia organización reconoce que la cifra real debe ser mayor debido al subregistro.
Sin embargo, la situación de este grupo vulnerable es ignorada por la gran mayoría de países, ya que 60 años después de la adopción de la convención, sólo 77 se han unido a ella.
ACNUR recordó que las personas apátridas sufren doblemente de la exclusión, pues en el caso de la crisis sanitaria no sólo se les niega la vacunación, sino también cualquier ayuda pública destinada a aliviar el impacto económico de la pandemia.
En el caso de la crisis climática, las personas sin nacionalidad no se benefician de los esfuerzos que hacen los gobiernos para mitigar los efectos de los fenómenos climáticos extremos, como sequías o inundaciones.
«De manera más general, ser apátrida significa no tener acceso a educación, atención médica o legal, o a un empleo. También implica no tener libertad de movimiento o derecho a adquirir una propiedad o abrir una cuenta bancaria», recalcó el organismo.
El ACNUR instó a los países que todavía no lo han hecho a ratificar la convención porque esto garantizaría que ningún niño nacería sin nacionalidad.
La convención ha hecho posible que unas 800.000 personas apátridas hayan recibido una nacionalidad desde 2010.