La gastronomía, se relaciona con la identidad, la cultura y con el turismo. Las costumbres, hábitos o patrones de alimentación de una sociedad constituyen una expresión de lo que llamamos el alma colectiva.
El patrimonio gastronómico no sólo cumple la función de alimentarnos, también la de proporcionarnos placer y la de estimular todos nuestros sentidos. Este es un arte dinámico que se haya determinado por factores geográficos como el clima, los tipos de suelo; factores históricos como invasiones, colonizaciones e inmigraciones que han contribuido con sus costumbres y alimentos a la cocina de los pueblos. Justamente, para conocer un pueblo es preciso conocer su memoria y su cultura.
Las comidas regionales son, sin duda, un modo de acercar culturalmente a distintas sociedades que, en el terreno de la mesa, se presentan como mundos ajenos . Con ello, se pueden colocar a las costumbres gastronómicas en una nueva dimensión despojada de aquello que, en el contexto del turismo, sólo le atribuye un carácter de arte de exportación, expresión folklórica o exhibición de valores de mesas expresadas como “cocina gourmet”, “nueva cocina” o “cocina étnica”.
A través de la comida nos conocemos y nos damos a conocer , a partir de los usos, costumbres y gustos en la mesa podemos vincular los sabores con la identidad . Sin ese patrimonio, nos estaríamos también perdiendo como pueblo . Hoy más que nunca celebramos a los cocineros, cocineras, chefs, sous chefs (y todas las categorías de chefs) y ayudantes, quienes a partir de su tesón y dedicación crean propuestas deliciosas y provocadoras que nos hacen vivir una experiencia culinaria especial elevando así el arte del buen comer.
A nuestros artistas dominicanos de la cocina popular, de la alta cocina, todos embajadores y embajadoras y los que se encuentran en playas extranjeras manteniendo los lazos vivos de esos platos emblemáticos, ya sea un sancocho, unas habichuelas con dulce o un inmortal mangú, simples o transformados, que nos unen a todos, sin distinción social ni posición económica.
Finalmente cabe destacar la proeza extraordinaria de un equipo de chefs dominicanos, 2 de ellos radicados en NYC , Amilkar y Pamela Gonell, quienes junto a la Chefa “2 estrellas Michelin”, la también dominicana Maria Marte y un team de cociner@s prepararon el mangú más grande rompiendo récord y alzándose con su premio en los cotizados Guinnes .