Posible brote de ántrax no ha trascendido en autoridades y medios haitianos

Esta bacteria es capaz de formar esporas resistentes que pueden sobrevivir en el ambiente durante décadas, lo que la convierte en una amenaza persistente tanto para animales como para humanos.

Redacción.- A pesar del memorándum del Ministerio de Defensa de la República Dominicana, Carlos Luciano Díaz Morfa, sobre un posible brote de ántrax en Haití, las autoridades de ese país ni los medios de comunicación ha trascendido la información.

NoticiasSIN ha observado las más recientes publicaciones de las cuentas oficiales del primer ministro haitiano Garry Conille, ni de su cuenta personal.

A las 7:25 am de este lunes 22 de julio diarios haitianos como Le Nouvelliste, Gazzette Haiti, Amerique Info y emisoras de radio como Magik9, Radio Telemetronome, entre otras no se han hecho eco a partir de información de su Gobierno.

El Ministerio de Defensa dominicano informó que se ha tomado medidas preventivas de seguridad para proteger a la población dominicana.

En coordinación con el Ministerio de Defensa, se han activado protocolos de seguridad fronteriza para prevenir ante cualquier posible propagación de la enfermedad. Estas medidas incluyen controles sanitarios estrictos y vigilancia epidemiológica intensificada en la zona fronteriza.

El Ministerio de Salud Pública reitera su compromiso con la salud y seguridad de la población dominicana, instando a los residentes a tomar precauciones y a reportar cualquier síntoma sospechoso.

Sobre la enfermedad

Esta enfermedad infecciosa es causada por la bacteria Bacillus anthracis. El ántrax ocurre en forma natural alrededor del mundo en animales salvajes y domésticos con pezuñas, especialmente en ganado vacuno, ovejas, cabras, camellos y antílopes. También puede presentarse en los seres humanos cuando son expuestos a la bacteria, generalmente a través de la manipulación de animales o cueros de animales.

Esta bacteria es capaz de formar esporas resistentes que pueden sobrevivir en el ambiente durante décadas, lo que la convierte en una amenaza persistente tanto para animales como para humanos.