Cementerio.
PUERTO PLATA, República Dominicana.- El extraño fallecimiento por causas aún desconocidas de dos menores haitianos ha causado alboroto, revuelo e indignación en los residentes del sector El Javillar ubicado en la parte oeste de este municipio de Puerto Plata, ya que se tuvo la presunción de que podría tratarse de un caso de cólera.
Dicho caso fue descubierto por comunitarios del lugar quienes notificaron al presidente de la junta de vecinos, pastor Manuel Fernández el cual de inmediato dio voz de alarma a las autoridades de Salud y del Ministerio Público.
Los infantes perecidos fueron identificados como Nelís Eduardo Yan de 9 años de edad la cual según su madre Emilia Yan, presento fuerte dolores estomacales expirando a las 12:00 de la noche del pasado lunes, mientras que el niño Christopher Michell Lautol de 3 años y 3 meses de edad falleció a las 11:00 a.m. de ayer martes, de acuerdo a lo expresado por su madre Lucit Lautol.
Residentes en El Javillar mostraron su indignación ante la forma en que estos dos cadáveres fueron ocultados por un grupo de nacionales haitianos que se congregan en la Iglesia Cristiana Cuerpo de Cristo los cuales permanecieron alrededor de unas 15 horas realizando oraciones supuestamente para resucitar a estos infantes.
Los datos recabados por este reportero indican que los menores haitianos fallecidos presentaron diarrea y dolores estomacales luego de que ingirieran unos cajuiles verdes de un árbol plantado en el patio de la vivienda donde residían con sus padres.
Mientras que las autoridades policiales, de Salud y el Ministerio Publico se presentaron al lugar a realizar los experticias pertinentes quienes explicaron que los rasgos que presentan ambos cadáveres reflejan una deshidratación severa causada aparentemente por efectos de la inanición o falta de la ingesta de alimentos.
Al examinar los cuerpos sin vida, la epidemióloga doctora Polanco y el legista procedieron a trasladar los mismos hacia la morgue del hospital Ricardo Limardo siguiendo las indicaciones del Director Provincial de Salud que estos cadáveres se levantaran en respectivos ataúdes para evitar la propagación de cualquier brote de enfermedad.
En tanto que el Director Provincial de Salud, doctor Wady Musa explicó que de acuerdo al cuadro clínico que presentan estos infantes haitianos fallecidos se descarta de manera rotunda que su muerte fuera provocada por el cólera ya que en el caso de la niña presenta una gastroenteritis aguda, hasta el punto de que sus familiares le confirmaron que antes de morir había evacuado en dos ocasiones y era atormentada por fuerte dolores estomacales.
Musa dijo que se esta investigando a los haitianos integrantes de la citada organización religiosa quienes tienen una cultura extraña de realizar prolongados ayunos y penitencias y que según estos explicaron ningunos de ellos habría viajado a Haití y estar en contacto con zona afectada por el cólera.
Asimismo, la doctora Jessica Núñez que es la encargada de la Unidad de Atención Primaria (UNAP) en El Javillar, señaló que desde hace una semana está realizando el llenado de fichas para tener el control sanitario en ese sector y no se encontró a ninguna personas con defecaciones prolongadas que pudieran generar sospechas sobre un brote de cólera.
De último minuto se informó que los directivos de junta de vecinos de El Javillar llevaron al hospital local como medida de advertencia a un grupo de niños haitianos que presentan rasgos de desnutrición.
De acuerdo a los comentarios de residentes en ese sector el grupo de nacionales haitianos que profesan ser cristianos se congregan diariamente a puertas cerradas en la vivienda donde fueron expuestos los cadaveres de los dos niños fallecidos.
Estos devotos religiosos son pastoerados por un guía espiritual que viste al estilo del patriarca bíblico Moisés e incluso tiene una prominente barba, el cual supuestamente le dijo a sus seguidores que en su mayoría son obreros de la construccion que dejaran la plana y el nivel para que dedicaran sus vidas a Dios, y desde ese tiempo permanecen en un ayuno prolongado sin trabajar.
Por Junior Henríquez
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