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Neoyorquina acusa a policías de darle golpiza por no recoger excrementos de perro

Anna Stanczyk
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Naciones Unidas.- Una neoyorquina planea presentar una demanda en contra de la Policía de Nueva York después de que dos agentes la apalearan, según sostiene, porque creyeron que no había recogido los excrementos de su perro en la calle.

El diario Daily News publica hoy en su edición digital que Ann Stanczyk, inmigrante polaca que reside en el barrio de Queens, fue «humillada y maltratada» por los policías, que, después de acusarla de no recoger los excrementos, la esposaron y la detuvieron, momento en el que ella intentó resistirse y recibió a cambio varios golpes.

Stanczyk asegura que Psotka, su terrier, sólo había orinado y que los excrementos que los policías la acusaban de no recoger no pertenecían al animal, algo que intentó explicarles sin fortuna, por lo que se vio obligada a recogerlos.

La mujer intentó explicar a los agentes que los excrementos estaban fríos y que por tanto no podían ser de su perra, algo que no gustó a los agentes, quienes la detuvieron e intentaron meterla en su vehículo para llevarla a comisaría, momento en que ella intentó defenderse provocando la que dice desmedida actuación policial.

«Me asusté muchísimo y empecé a gritar ‘¡mi perra, mi perra!’. Fue entonces cuando me golpearon en la cara, el pecho y el estómago», señala Stanczyk, quien tiene fotografías tomadas el día después del incidente en las que aparece con moratones en varios puntos de la cara y una marca de grandes proporciones en el pecho.

Un vecino que pasaba por la calle se hizo cargo de la perra y la mujer fue llevada a comisaría, donde le curaron las heridas, aunque presenta problemas en una rodilla por los que dice que debe someterse a una terapia de recuperación.

Se la acusó de resistirse a ser detenida, pero el caso será desestimado por las autoridades, según indican los documentos de la denuncia policial.

Stanczyk presentó ya una queja a las autoridades locales y asegura que planea denunciar a los dos policías, Shaun Grossweiler y Richard DeMartino, con los que protagonizó el suceso.

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