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¿Perspectiva "from outside"?

La existencia de una situación migratoria como realidad cultural en el Caribe subsiste, desde los orígenes, en cada uno de los proyectos nacionales de la región y no solo en aquellos que sienten en estos impulsos una amenaza demasiado considerable. La patria del sujeto caribeño de la “diáspora” es también una comunidad hecha de intersecciones y extrañamientos que, paradójicamente, parecen conformar su perfil identitario. Ninguna identidad se «realiza» con más fuerza que las surgidas en el imaginario del exilio, en que lo nacional (y, por extensión, lo regional) crea su «liturgia». Recordemos si no, el origen griego del término: (día, «a través del espacio», y speirein, «sembrar o esparcir»),

Estos “enclaves caribeños” pueden resultar poco precisos en cuanto a su desbordamiento geo-cultural,  y tan poco ceñidos a una definición, más o menos fiel o estereotipada de toda la comunidad. Supone esta valoración de la diáspora, también, que no es una vivencia a grado individual sino comunitario; y, lo que es más trascendente, de una colectividad a menudo imperceptible dentro de los límites geográficos del Caribe.

El status del escritor de la diáspora no puede apartarse a estos criterios, pues aunque el hecho de “ser escritor” hace que acate el universo de lo individual, su pertenencia a una comunidad diaspórica lo acerca a inquietudes tales como la comunicación con la comunidad de origen y las transacciones culturales con la comunidad de acogida. Esta complejidad socio-literaria pareciera resistirse a los modelos críticos configurando una legítima libertad de estilo.

Complejidad toda que vemos en la obra de la escritora dominicana Julia Álvarez pues es un ejemplo de esta libertad autoral frente a las preguntas de su existencia y escritura diaspórica en Los Estados Unidos. Sustentando la tesis de que la condición de exiliada no es un destino carcelario para la escritora; sus actitudes no suelen coincidir con lo que, en una generalización autorizada pero vulnerable, describen  varios ensayistas:

“La mirada nostálgica sobre la región natal, desde la perspectiva de un país ajeno conduce, en muchos casos, a la idealización del espacio insular a través de una visión idílica  de la naturaleza del país de origen, de los recuerdos de la infancia, y sobre todo, del pasado. La añoranza permanente se convierte en la marca característica de muchos textos. “

La «idealización» y «la añoranza», sin dudas presente en «muchos textos», no caracterizan a todos los escritores exiliados. Sin embargo, la intimidad con lo real imaginado y esa nostalgia que, en todo caso, se extiende sobre lo no vivido; serán los elementos eficazmente conjugados en la novela de Julia Álvarez  “En el tiempo de las Mariposas”.

La autora logra rebasarlos; la trampa que pudiera significar el exilio para la obra literaria, ha desaparecido, en su caso, cuando no se asume como un «otro» frente al conflicto, sino que lo naturaliza sin perjuicio de su condición, por otro lado, compartida.

Y así resulta que lo que el lector encuentra en estas páginas es una inquietante novela histórica con una acuciosa investigación sobre los hechos del despotismo de Trujillo durante su régimen de treinta y un años. En ocasiones su autora toma ciertas libertades, cambiando fechas, reconstruyendo acontecimientos y dejando de lado personajes o incidentes. Pues como ella misma afirma “… quería sumergir a mis lectores en una época de la vida de la República Dominicana que creo, en última instancia, solo puede ser aprehendida por la ficción, para ser redimida por la imaginación.”

Esta narración de la vida de las hermanas Mirabal cuando asumen  compromiso político para tratar de derrocar el régimen trujillista, razón por la que son acosadas, perseguidas, encarceladas y su familia sufre las represalias del Servicio de Inteligencia Militar, es el hilo conductor de una novela que vela porque el lector forme parte no solo de la época y situación dominicana de la primera mitad del siglo XX, sino también en la interioridad de la autora, en esa subjetividad que nos muestra algo más allá de una remembranza a los orígenes. Y al decir de la autora: “… De manera que lo que se encuentra es a las Mirabal de mi creación, inventadas pero, espero, fieles al espíritu de las verdaderas hermanas…”

La perspectiva «from outside», propia de la inmigración, es la frontera y barrera cultural  más consciente de la identidad comunitaria. Esta barrera es muchas veces impuesta por el mismo emisor, quien en otras ocasiones quejumbroso, velará por su no encasillamiento literario. Y es precisamente en esto, en el entender este otro «adentro», no menos determinante, más que el habitual «afuera» con que se ha promovido usualmente,  donde radica el trabajo y la verdadera complicación no solo para el crítico ejercitado, sino también para el lector atento como usted.

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