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Batalla Electoral 2024

Recetas gastronomicas para el 2012

A diferencia de lo que establece la  ortodoxia culinaria, en 2012 el primer plato será el más fuerte, para que nadie pase hambre; y el segundo será bien austero, para rebajar de peso y compensar los excesos del primero.

En la primera bandeja lo que llegará será desguañangue con tostones, el que deberá digerirse antes de fines de mayo. Esa receta es de todos conocida porque se probó con éxito en 2008. Sus ingredientes son: mucha luz, toda la que aparezca, nominillas al vapor -mientras más, mejor- asfaltado en tinta de calamares criollos o sepias ibéricas, sal al gusto, corrupción en escabeche (versión picante) y  obras públicas, pero estas últimas sin prioridades como guarnición. A los tostones se les pueden añadir alucinógenos, pues complementan la publicidad electoral.

Entre los condimentos hay que evitar el fondomoneta, el ají recesivo de la especie universal y el aceite, WTI o Brent, caro, pues todos dañarían el plato. Mejor es agregarle una Junta Central Electoral complaciente, moverla bien, y ya está. Atención: no se recomienda utilizar cortes de nueva cosecha pues su sabor es todavía impredecible.

El segundo plato pondrá al convidado más flaco que un listín de domingo, más sobrio que un árabe durante ramadán, más adusto y desabrido que un poema del difunto Juan Bautista Lamarche. El sopón tributario, sazonado con superávit y con mucho fondomoneta es, sin embargo, una cocción mucho más difícil de lograr que el desguañangue, y es por lo que aun los chefs más morados le huyen, sobre todo en época de contiendas y definitivamente no es de su elección.

Algunas escuelas gastronómicas modernas (no la de Ferrán Adriá) como la blanca que encabeza el sibarita Hipólito, postulan que en 2012 conviene invertir el orden: servir hasta mayo el sopón tributario y luego, después de agosto, el desguañangue con tostones. Es cuestión de gustos.

Pido excusas al lector por los párrafos anteriores, fruto de los excesos en las mesas de comer durante las fiestas navideñas y de año nuevo. Prometo que los párrafos no se repetirán durante el año, pero los platos, de que vienen, vienen, no importa quién sea el cocinero a partir de agosto.

Provéanse pues de mucho alka seltzer para el primer semestre y de paciencia y resignación para el segundo. No es un año nuevo, sino realmente un año dividido en dos, con segmentos muy contrastantes; un año bipolar como correctamente lo describió un colega. Vayan pues contactando a su psiquiatra favorito pues después de la euforia esquizofrénica vendrá la depresión.

Este artículo es corto… como largo será el año.

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