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Reformas de Raúl Castro, principal tema en Congreso del Partido Comunista

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Raúl Castro.

La Habana.- El crucial VI Congreso del gobernante Partido Comunista (PCC, único) determinará el alcance de las reformas emprendidas por el presidente cubano Raúl Castro para evitar el colapso económico de la isla pero sin renunciar al socialismo.

Los comunistas cubanos celebrarán entre el 16 y el 19 de abril su primer cónclave desde 1997 cargado de «simbolismo revolucionario» al coincidir con el 50 aniversario de la victoria sobre la invasión anti-castrista de Playa Girón (1961) y la proclamación del carácter socialista de la revolución cubana.

La «actualización del modelo socialista», como la retórica oficial denomina al plan de reformas de Castro, será el tema central de un congreso que tiene la «obligación» de dejar «trazado» el rumbo del país, según su presidente.

Ante la aguda depresión que Cuba arrastra desde la caída del campo soviético, agravada en los últimos años por el impacto de varios huracanes, la crisis internacional y el embargo de EE.UU., Raúl Castro ha hecho de la «batalla económica» el eje central de su mandato con constantes llamados a la eficiencia, el ahorro y a corregir errores en la construcción del socialismo.

«O rectificamos o ya se acaba el tiempo de seguir bordeando el precipicio, nos hundimos, y hundiremos (…) el esfuerzo de generaciones enteras»: así de tajante fue el general Castro el pasado diciembre para insistir en la necesidad de un nuevo rumbo económico y salvar las conquistas de la revolución.

Su receta para evitar ese hundimiento es un plan que, sin renunciar al socialismo, abre resquicios a la iniciativa privada y a los pequeños negocios, plantea reducir las abultadas plantillas estatales, descentraliza la gestión de las empresas públicas y recorta gastos sociales para suprimir «subsidios innecesarios y gratuidades indebidas», entre otros.

Esas medidas se han recogido en el «Proyecto de lineamientos de la Política Económica y Social», el documento base del Congreso comunista que se ha sometido al debate ciudadano en miles de asambleas populares en todo el país para recoger las sugerencias de los cubanos.

Independientemente de cuál sea el documento final que apruebe el Congreso del PCC, algunas de las medidas más importantes llevan ya meses de andadura como el caso de la ampliación del trabajo privado («cuentapropismo», en argot cubano) y la novedad de que, en un grupo limitado de actividades, los particulares puedan contratar mano de obra.

A finales de marzo, el Gobierno había concedido 180,000 nuevas licencias para ejercer el empleo autónomo, que se suman a los 157,000 «cuentapropistas» ya existentes antes de entrar en vigor la ampliación, según datos oficiales.

La extensión de trabajo privado se ha dejado notar y ha transformado incluso el paisaje de ciudades como La Habana donde han proliferado «micro» negocios y comercios variopintos instalados en la calle, en soportales de edificios y en viviendas particulares.

La actividad más demandada han sido los establecimientos gastronómicos: desde pequeñas cafeterías, puntos de venta de comida rápida hasta nuevos «paladares» (restaurantes privados) que pueden tener hasta 20 sillas para comensales en lugar de las 12 permitidas anteriormente.

Pero también ha habido experiencias frustradas: de momento unas 40,000 licencias de trabajo por cuenta propia han causado baja en los últimos meses, en muchos casos seguramente ante la imposibilidad de afrontar los nuevos y elevados impuestos decretados para el incipiente sector privado, entre otras dificultades.

El empleo privado en Cuba se ha planteado como una alternativa a otro de los ajustes de calado: el «adelgazamiento» de las plantillas estatales con la previsión de 500,000 despidos en 2011, un diez por ciento de la población ocupada.

Sin embargo, ese proceso ha sufrido retrasos, según ha admitido el propio Raúl Castro, quien ha instado a su Gobierno a revisar el «cronograma» de los despidos.

Muchos analistas interpretan que el Gobierno desaceleró esta medida porque el sector privado aún es muy limitado y no puede absorber a buena parte de los desempleados estatales.

Otros añaden que el régimen no quiere avivar el descontento social con despidos masivos sin alternativa laboral junto a medidas tan poco populares como los nuevos impuestos, la eliminación de subsidios o la subida de precios en la gasolina, la luz, o el aceite que se ha producido en las últimas semanas.

Las reformas económicas no dejan indiferente a nadie y, como es habitual en todo lo que concierne a Cuba, las opiniones son de todo tipo: hay quienes creen que se ha iniciado un camino correcto, otros ven los ajustes muy limitados y tardíos y los más críticos dicen que en Cuba no caben «actualizaciones» sino transformaciones.

Mil delegados participarán en el VI Congreso del Partido Comunista Cubano que comenzará el 16 de abril tras un desfile militar que se prevé multitudinario.

 

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