Tomar siestas podría contribuir con tu salud cerebral y reducir el riesgo de demencia

Según los investigadores, las siestas cortas pueden ser un factor fundamental para preservar la salud del cerebro a medida que envejecemos.

Redacción Internacional.– Un estudio encontró un vínculo causal entre las siestas habituales durante el día y un mayor volumen cerebral total, marcador asociado con una mejor salud cerebral y un menor riesgo de demencia y otras enfermedades.

La investigación, que analizó datos de 378.932 personas de entre 40 y 69 años de un estudio del Biobanco del Reino Unido, utilizó la técnica de aleatorización mendeliana para examinar 97 fragmentos de ADN vinculados a la predisposición genética a dormir siestas.

Los participantes genéticamente predispuestos a tomar siestas mostraron un mayor volumen cerebral total, equivalente a una diferencia de entre 2,6 y 6,5 años de envejecimiento.

¿Qué relación existe entre las siestas y la salud cerebral?

La autora principal, Victoria Garfield, explicó que las siestas cortas "pueden ser parte del rompecabezas que ayuda a preservar la salud del cerebro a medida que envejecemos". El estudio sugiere que esta práctica proporciona cierta protección contra la neurodegeneración, al compensar la falta de sueño. 

¿Cuáles son las limitaciones del estudio sobre siestas y cerebro?

Valentina Paz, investigadora principal, señaló por su parte que este es el primer estudio que intenta establecer una relación causal entre las siestas diurnas habituales y los resultados estructurales y cognitivos del cerebro, destacando que la llamada técnica de aleatorización mendeliana permite evitar factores de confusión que se acumulan a lo largo de la vida.

Limitaciones

Aunque el estudio encontró un vínculo claro con el volumen cerebral total, no se observaron diferencias en otras medidas de salud cerebral y función cognitiva, como el volumen del hipocampo, el tiempo de reacción o el procesamiento visual.

Entre las limitaciones del estudio, los autores indicaron que todos los participantes eran de ascendencia europea, por lo que los hallazgos podrían no ser directamente generalizables a otras etnias.

    Asimismo, aunque no se disponía de información sobre la duración exacta de las siestas, estudios previos sugieren que aquellas de 30 minutos o menos ofrecen los mayores beneficios cognitivos a corto plazo, y que tomarlas temprano en el día disminuye el riesgo de alterar el sueño nocturno.