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Batalla Electoral 2024

Tras la “brecha” sin ser “brechero”, pero si “bultero”

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El espectáculo fu propio de un monarca de la era digital y se ajustó a las normas del “bulterismo” de la postmodernidad.

La “Media Naranja” se acondicionó para que los “mass media” proyectaran una “majestuosa” entrega de firmas que no eran firmas y millones de nombres que costaron centenares de millones de pesos en medio de las penurias que agobian al pueblo. La Corte siempre lista para adular y el monarca siempre presto a tratar engañar, pese a que sus flujos espirituales y sus trucos efectistas se les agotan.

Todo mundo sabe que las dos millones doscientos mil firmas que le entregaron a Leonel Fernández sus principales cortesanos, no son tales: son nombre tomados de diferentes padrones y listas de instituciones y programas estatales.

Los móviles  de ese espectáculo eran diversos:

1)     Montar un referéndum ficticio cara a debilitar el obstáculo constitucional de la reelección y a facilitar mientras tanto su re-postulación por el PLD.

2)     Poner al partido a decidir lo que el tiene decidido.

3)     Colocar por encima de un PRD que exhibió una amplia movilización real en su convención -ahora en crisis post elecciones primarias, parcialmente inducida desde el Palacio Nacional- una movilización virtual, irreal, de proyección mediática, aparentemente superior.

4)     Ganar tiempo, avanzando a lo interno del PLD como factor contendiente contra Danilo, incorporando las pre-candidaturas subordinadas y creadas por él (Rafaelito, José Tomás, Franklin, Segura…) y disponiéndose hacia fuera a impulsar nuevas acciones para abrir  brechas en el orden jurídico político institucional y vencer otros obstáculos políticos en las alturas del poder permanente y en la sociedad

En el orden práctico y en lo inmediato se trató de un “bulto” mediático, parte de una maniobra mayor dirigida primero a impactar publicitaria e institucionalmente por encima del efecto de la movilización convencional del PRD y a formalizar que el Comité Central de PLD lo incluya en la lista de precandidatos, a ser sometidos a la Convención Nacional del partido morado.

Por eso, al recibirla, declaró que tal “demostración de fuerzas” debía ser bien considerada para que el “partido decida”.

Claro, se trata de un partido controlado por su poder corruptor y el de sus socios en esa suciedad.

Tras  la brecha del continuismo

Esto no deja equívoco sobre sus intenciones de postularse para tratar de reelegirse, siempre que logre debilitar los obstáculos constitucionales y políticos que hoy dificultan esa pretensión.

Este mandatario, siguiendo la tradición neo-trujillista, se considera un predestinado y teme además a una acusación bien fundada si abandona la Presidencia de la República. Esto, pese a controlar los demás poderes del estado, incluyendo el judicial.

De ahí su empecimiento en ese punto nodal y en todo lo que pueda facilitar esa determinación: composición y normativas del Tribunal Constitucional, Consejo de la Magistratura, Junta Central Electoral…No importa que para eso tenga que violar su Constitución. No olvidemos que él es el titular de la dictadura institucionalizada.

La meta no es fácil, pero él sigue en busca de la “brecha” para alcanzarla. Esto sin ser “brechero”, aunque si un magnífico “bultero”.

Pero para no dudar de los medios que es capaz de emplear para alcanzar su despropósito, no olvidemos que él y quienes están en eso se las han ingeniado  “interpretar” las trabas constitucionales a fin de violarlas y saltarlas,  por lo que todo parece que presenterán una situación de hecho, re-postulándolo primero para luego intentar vencer el obstáculo legal-constitucional y las objeciones de ciertas facciones de  las elites dominantes.

Postularse y ganar en el partido, aun antes de lograr la “brecha”, le da mas poder, tiempo y capacidad para “colarse” y/o   decidir su sucesor preferido; sin descartar -en caso de resultados adversos, internos y externos- reservarse para el 2016 pactando su impunidad.

Democracia de calle

Todo esto indica que para desplazar esa partidocracia leonelista de los resortes del poder estatal, será preciso calentar el país con democracia de calle, pues sus componentes son peores que las sanguijuelas.

Las fuerzas del campo popular y los sectores medios dramáticamente golpeados por esta crisis, indignados además por la degradación  moral que emana del poder dominante, no solo deben unificarse y posicionarse  en el escenario electoral en forma independiente frente a la dictadura institucional, el reeleccionismo y el pretendido relevo de la cúpula perredeista, sino además desplegar una línea de movilización y desobediencia civil que cree condiciones para resquebrajar esta institucionalidad decadente y deponer  los gobernantes que la secuestran para sí y sus oligarcas preferidos; pronto o después, a corto o a mediano plazo, persistiendo sin pausas en  esa tesitura.

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