Redacción Internacional.- Una nueva tecnología de implante ha permitido que tres personas que estaban completamente paralizadas de la cintura para abajo puedan volver a caminar con apoyo.
El trabajo, recientemente publicado en Nature, viene a ser la continuación de unos ensayos iniciados en 2008, momento en que un equipo de investigadores ayudó a las personas con parálisis parcial de la parte inferior del cuerpo a caminar nuevamente.
De aquel estudio basado en el uso de pulsos eléctricos para mejorar la calidad de vida de pacientes con lesiones de la médula espinal, se ha perfeccionado a lo logrado estos días, donde el nuevo implante es capaz de enviar pulsos eléctricos a los músculos del paciente, imitando la acción del cerebro.
Uno de los tres casos registrados en el nuevo estudio es el de Michel Roccati, quien quedó paralizado en un accidente de moto en 2017. Roccati ahora usa el dispositivo implantado entre 1 y 2 horas al día, incluso para salir a caminar solo.
También puede estar de pie durante 2 horas, andar en bicicleta e incluso nadar, eligiendo diferentes programas de estimulación. Según cuenta, encuentra que caminar o estar de pie ayuda a aliviar el dolor causado por estar sentado en una silla de ruedas todo el día.
Y es que, el nuevo implante permite elegir qué tipo de patrones de movimiento necesitan a través de una tableta. Luego se conecta de forma inalámbrica a un dispositivo llamado neuroestimulador colocado en su abdomen, que a su vez se conecta a electrodos en su columna vertebral.
Cuentan los investigadores que el neuroestimulador se debe sustituir al cabo de unos nueve años, aunque los electrodos deberían durar toda la vida del receptor.
En cuanto al “milagro”, el estudio explica que durante varios meses, los tres individuos, todos hombres de entre 29 y 41 años, participaron en un amplio entrenamiento de neurorehabilitación utilizando la tecnología, lo que resultó en un control voluntario aún mayor sobre sus movimientos musculares. Según ha contado Roccati:
«He pasado por un entrenamiento bastante intenso en los últimos meses y me he fijado una serie de objetivos. Por ejemplo, ahora puedo subir y bajar escaleras, y espero poder caminar un kilómetro para esta primavera”
Como explica Jocelyne Bloch, neurocirujana del Hospital Universitario de Lausana, que ayudó a dirigir el ensayo:
«Estos electrodos eran más largos y más grandes que los que habíamos implantado anteriormente, y pudimos acceder a más músculos gracias a esta nueva tecnología.
Lo que se aplicó en el trabajo es lo que se conoce como estimulación eléctrica epidural (EES), una técnica que consiste en estimular los nervios espinales utilizando electrodos de paleta multielectrodo implantados».
En este caso, se construyó un implante más sofisticado que se enfoca en las raíces dorsales involucradas en los movimientos del tronco y las piernas, además de un marco computacional para guiar el posicionamiento quirúrgico de las paletas de electrodos para garantizar que se correspondan con los nervios correctos.
Por último, crearon un software que permite a los pacientes seleccionar programas de estimulación específicos de la actividad que activan los nervios necesarios para un tipo particular de movimiento.
Según el autor del estudio, Grégoire Courtine:
«Nuestros nuevos cables blandos implantados están diseñados para colocarse debajo de las vértebras, directamente sobre la médula espinal. Pueden modular las neuronas que regulan grupos musculares específicos. Al controlar estos implantes, podemos activar la médula espinal como lo haría el cerebro de forma natural para que el paciente se pare, camine, nade o ande en bicicleta, por ejemplo».
«¡Los tres pacientes pudieron ponerse de pie, caminar, pedalear, nadar y controlar los movimientos de su torso en solo un día, después de que se activaron sus implantes! Eso es gracias a los programas de estimulación específicos que escribimos para cada tipo de actividad. Los pacientes pueden seleccionar la actividad deseada en la tableta y los protocolos correspondientes se transmiten al marcapasos en el abdomen».
Así, tras cinco meses, los tres pacientes lograron recuperar la capacidad total de carga de peso en las piernas, lo que resultó en la capacidad de permanecer de pie durante períodos prolongados. Con el tiempo fueron consiguiendo otros logros, como la posibilidad de participar en actividades físicas de ocio fuera del laboratorio.
Tras el éxito del trabajo, los investigadores esperan realizar un ensayo clínico sobre la eficacia de este enfoque, ya que se trata de “un camino realista para apoyar la movilidad diaria con EES en personas con lesiones de la médula espinal”.