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Batalla Electoral 2024

Valor de multiplicación del turismo

Bien distantes los días en que el visionario don Angel Miolán al frente de la Dirección General de Turismo con los mas limitados recursos que a cuenta gotas recibía del presupuesto nacional, proclamaba las bondades de esa casi inexistente industria concitando la burla de muchos ciudadanos que con sorna se referían a los “turistas de Miolán”. El paso del tiempo le dio razón al estoico y esforzado luchador, pionero de la instauración de la democracia en la República Dominicana.

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Bien distantes los días en que el visionario don Angel Miolán al frente de la Dirección General de Turismo con los mas limitados recursos que a cuenta gotas recibía del presupuesto nacional, proclamaba las bondades de esa casi inexistente industria concitando la burla de muchos ciudadanos que con sorna se referían a los “turistas de Miolán”. El paso del tiempo le dio razón al estoico y esforzado luchador, pionero de la instauración de la democracia en la República Dominicana.

 

Empresarios también visionarios: Frank Rainieri con su proyecto de Punta Cana, Charles Bludorn por el Central Romana con Casa de Campo y Altos de Chavón por un lado y Diógenes Fernández al frente del Banco Central por el sector oficial con el desarrollo del polo turístico de Puerto Plata, fueron a partir de esos inicios sentando las bases  primarias de la que ha devenido en una pujante y poderosa industria de cada vez mayor incidencia en el desarrollo económico y social del país.

 

Hoy nadie se atrevería a cuestionar la importancia del turismo, asumido por el propio gobierno como principal motor impulsor del progreso y el futuro de la nación con una inmediata meta precisa: la de atraer, como cifra mágica, diez millones de visitantes en el 2022, y a partir de ahí continuar creciendo de manera sostenida.

 

La incidencia del turismo no solo resalta por si mismo. Mas allá de los ingresos que produce y los empleos que genera, cuenta su valor de multiplicación, la forma cada vez mas apreciable con que contribuye al crecimiento y sostenibilidad de otros sectores y subsectores de la economía.

 

Su valor en este sentido acaba de ser resaltado de manera oportuna y convincente por el Ministro de Industria, Comercio y Mipymes, Nelson Toca Simó, al rendir informe sobre la forma en que el sector turístico impacta favorablemente en otras actividades productivas.

 

El funcionario, con cifras a la mano, citó que en el 2015 la industria turística consumió productos del agro dominicano por valor de 22 mil 443 millones de pesos. El listado de adquisiciones fue diverso abarcando frutas, víveres, mariscos, carnes, bebidas, cigarrillos y puros.  Tomando en cuenta el sostenido crecimiento de la cantidad de visitantes extranjeros que cada año vienen a vacacionar al país y el notable incremento en la construcción de hoteles y centros de recreación puede asumirse sin riesgo de fallo que esa cantidad debe haber crecido sustancialmente de entonces a la fecha.

 

Pero mas aún y no menos importante es el hecho de que el consumo local de la industria turística beneficia a más de ciento sesenta mil empresas mipyme proveedoras de bienes y servicios, contribuyendo de manera significativa a su sostenimiento.   Y como valor intangible pero de elevada rentabilidad, la imagen positiva que pasea por el mundo de este pedazo de isla que ocupamos llamado República Dominicana que a sus excepcionales atractivos naturales suma el de un pueblo acogedor, cálido y amistoso.

 

Sabida la repetida frase acuñada por la milenaria sabiduría del pueblo chino de que “una imagen dice mas que mil palabras”.  De igual modo pudiera afirmarse que las cifras ofrecidas reflejan los aportes de la industria turística más que cuanto se pueda decir sobre ella.

 

Cabe insistir nuevamente en lo que tantas veces anteriores hemos advertido al recordar que es nuestra “gallina de los huevos de oro”,  y como tal debemos hacer compromiso de general cumplimiento cuidarla  tan celosamente como la niña de nuestros ojos.

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