La actualidad continúa girando en gran medida en torno a Venezuela.
Por lo pronto, el llamado Grupo de Lima, constituido por unos catorce países, entre estos Brasil, Argentina, Perú y Colombia, los mayores de Suramérica al ratificar su repudio al régimen ilegítimo de Nicolás Maduro y su respaldo al constitucional e interino de Juan Guaidó, reitera su rechazo a toda solución militar. Su firme propuesta se mantiene en dirección procurar una salida a la crisis Venezuela mediante unas elecciones libres y democráticas con supervisión internacional, que reflejen sin torceduras ni presiones la voluntad de su pueblo. Lógicamente dependerá de que Maduro esté en disposición de someterse al veredicto popular libremente expresado.
Con esta terminante declaración el Grupo de Lima que ha llevado el peso de la campaña internacional contra el régimen de Maduro sus ilegalidades, excesos y crímenes, echa por tierra las versiones falaces puestas a circular primero por el gobierno de Cuba, y luego por la cancillería madurista de que se preparan acciones armadas contra el mismo. En estas maquinaciones bélicas han pretendido involucrar a la República Dominicana de manera arbitraria e injusta, en tanto el país ha mantenido una postura nítida y ha sido un permanente y de primera importancia en la búsqueda de una salida incruenta a la grave crisis por la que atraviesa el pueblo venezolano.
Por otra parte, dando de nuevo una demostración de intolerancia y arbitrariedad, Maduro suspendió abruptamente una entrevista a la que se había sometido con el conocido periodista de CNN, Jorge Ramos, cuando este comenzó a hacerle preguntas incómodas sobre la represión, los opositores muertos, presos y exiliados. La situación hizo crisis al momento de Ramos proyectarle un video donde aparecen niños en Caracas buscando comida en un zafacón de basura. Ramos y su equipo se vieron retenidos, en realidad secuestrados por espacio de varias horas y sus equipos y materiales incautados. Es como si aquí trataran de hacer lo mismo con Alicia Ortega y Nuria Piera, nuestras dos estelares periodistas de investigación de la televisión.
Lástima que todavía hay quienes se obstinan en defender y pretender falsear la real naturaleza de un régimen todas luces dictatorial, como si padecieran del síndrome trujillista.