Santo Domingo.-Numerosos estudios han demostrado que las mujeres que se mantienen activas físicamente tienen un menor riesgo de desarrollar cáncer de mama.
El ejercicio ayuda a prevenir el cáncer, controla la progresión de la enfermedad una vez que ha aparecido, influye de forma positiva en los tratamientos antitumorales y contribuye a mejorar el estado físico y el estado de ánimo de los pacientes.
Estas son algunas de las conclusiones de una revisión científica publicada en la revista Clinical & Translational Oncology,
Para las pacientes con cáncer de mama, el ejercicio ha demostrado ayudar a:
1. Menos fatiga y cansancio.
2. Mejora la autoestima y disminuye el desánimo y la depresión. Favorece las relaciones sociales.
3. Reduce la ansiedad y el estrés.
4. Menos náuseas y vómitos.
5. Disminuye el dolor al potenciar el sistema endocannabinoide.
6. Reduce los efectos secundarios de la quimioterapia o del tratamiento hormonal.
7. Retrasa la aparición de debilidad y fuerza muscular, lo que se denomina sarcopenia.
El sobrepeso y la obesidad están relacionados con un mayor riesgo de cáncer de mama en mujeres posmenopáusicas. El ejercicio puede ayudar a mantener un peso saludable o a reducir el exceso de peso, lo que puede reducir el riesgo de cáncer de mama.
El estudio señala que la combinación perfecta de ejercicios abarca aeróbico, resistencia y fuerza y debe realizarse al menos tres veces a la semana.
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