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A trago seco

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El lector tal vez sepa que quien esto escribe desde hace veintinueve años ha estado representando a una reconocida firma encuestadora internacional, la cual no sólo ha hecho trabajos para candidatos de los dos principales partidos políticos del país, sino también para tres diferentes periódicos.

Una pregunta que en varias ocasiones hemos hecho ha sido: “¿Cuál es el dominicano o dominicana que usted más admira?”  La respuesta fue siempre la misma: “Freddy Beras Goico”.

Que los dominicanos prefirieron al recién fallecido amigo y gran humorista habla mucho no sólo del inolvidable Freddy, sino de cómo percibimos a nuestro propio liderazgo.

Usualmente la figura más admirada es un político, sobre todo el presidente del momento. Tal es el caso de Lula en Brasil y lo fue con Arias en Costa Rica, la Bachelet en Chile y Uribe en Colombia. Pero en nuestro país Freddy superó a todos los políticos. En otras naciones el más admirado es un deportista, pero, a pesar de nuestros peloteros, siempre preferimos a Freddy. A veces se admira a un intelectual  sobre los demás, pero entre nosotros no había nadie que se le acercara a Freddy.

Ante esos resultados, en más de una ocasión se le propuso a Freddy que se metiera a político, o que por lo menos hiciera propaganda a favor de uno de ellos, pero siempre rehusó.  En una ocasión le ofrecieron la administración de Radio Santo Domingo Televisión, pero puso como condición que primero sacaran a todas las “botellas” y no le trataron el asunto de nuevo.

En el pasado Leonel Fernández contaba con un muy alto nivel de aceptación, es decir popularidad y admiración. Una reciente encuesta (ver www.cidgallup.com) cita que un 49% de los dominicanos ahora desaprueba de su gestión presidencial y sólo un 38% la aprueba. Esa misma encuesta muestra que la tasa de rechazo de Miguel Vargas Maldonado e Hipólito Mejía es de un 47% y un 49%, respectivamente,  proporciones inusualmente altas. La más reciente encuesta de Sigma Dos arroja resultados parecidos.

En circunstancias como éstas de impopularidad de todo el liderazgo político a veces surgen nuevas caras, ya sea a través de un nuevo partido, o líderes “verdes”, cuyo interés por los problemas medioambientales logran la adhesión de una juventud hasta entonces apática en cuanto a los asuntos políticos. El caso de la proyectada fábrica de cemento en Los Haitises logró ese interés, pero ninguna nueva figura política lo capitalizó. En elecciones en  países como Colombia y Perú caras “nuevas” sacaron muchos votos, como Antanas Mockus y Ollanta Humala. En otras ocasiones, como en Bolivia con Evo Morales, surge un líder de izquierda que combate a los partidos tradicionales. Pero en nuestro país ya no hay políticos profesionales con alta popularidad, a pesar de la gran cantidad de dinero que manejan sus partidos y los millones que gastan en publicidad y en la compra de conciencias y del voto. Eso habla bien mal de nuestro país y de sus políticos.

Freddy se pasó la vida, para goce de los dominicanos, ridiculizando a nuestros políticos, lo que provocaba carcajadas. Ahora, sin Freddy, sin sus Morrobeles, tendremos que aguantar a nuestros políticos a trago seco. ¡Qué triste será el diario vivir, la vida cotidiana, sin Freddy!

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