Diciembre llega con calles saturadas, avenidas lentas y un ritmo urbano que se desborda.
Explicamos las razones detrás del intenso tráfico de diciembre
Santo Domingo.– Diciembre llegó y con él el tráfico que, año tras año, pone a prueba la paciencia de todo el que necesita desplazarse. Basta salir a cualquier hora para notar el ritmo distinto de la ciudad: calles saturadas, avenidas lentas y un movimiento que parece no tener fin.
Aunque es un fenómeno repetido cada temporada navideña, este año el congestionamiento se siente más intenso. Las razones son varias, y todas se combinan hasta dejar tramos completos prácticamente inmóviles.
La primera es el esperado doble sueldo. Desde que se deposita el salario 13, miles de personas salen a realizar compras, pagar compromisos, adquirir regalos o simplemente resolver pendientes que se han acumulado durante el año.
Es una costumbre local que diciembre se convierta en el mes de “ponerse al día”, y eso aumenta de forma notable el flujo vehicular, especialmente alrededor de plazas comerciales, supermercados y zonas de servicios.
Otro factor inevitable es el incremento de remesas, que en estas fechas llega a uno de sus puntos más altos. Muchas familias reciben apoyo económico desde el exterior, lo que impulsa aún más las compras y los desplazamientos.
A esto se suma la enorme agenda social propia del mes. Fiestas corporativas, reuniones familiares, actividades comunitarias, conciertos, cenas y encuentros llenan las noches de diciembre. Después de las 5:00 p. m., el tránsito suele alcanzar su punto crítico, pues las salidas laborales coinciden con las múltiples actividades de cierre de año.
El crecimiento del parque vehicular también pesa. Miles de vehículos nuevos han entrado al país solo este año, pero la infraestructura vial no ha crecido al mismo ritmo.
Por otro lado, los servicios de delivery se multiplican en diciembre. Aunque facilitan la vida de muchos consumidores, su presencia masiva en motocicletas y vehículos genera movimientos constantes que alteran el flujo normal del tránsito.
Finalmente, el impacto de obras públicas y cierres temporales añade presión al sistema. Cualquier desvío, por pequeño que sea, provoca retrasos significativos cuando la ciudad ya está operando al límite.
El resultado es un diciembre vibrante, comercialmente activo y socialmente dinámico, pero también un mes en el que desplazarse exige tiempo, planificación y mucha calma. Es la cara menos festiva de la temporada más alegre del año.