La gran fiesta del cine en Latinoamérica, abrió sus puertas por trigésima sexta vez en la Habana.Entre los más de 1640 trabajos que se presentaron para el escrutinio, hay una selección de 116 filmes en competencia. De ellos 42 largometrajes de ficción (21 como ópera prima) y 30 documentales entre otras realizaciones de la región. En esta ocasión la cita crítica-cinematográfica se piensa y coordina a modo de misa; misa de honor a quien tanto se afanó en la fundación del Festival y en general, en la instigación a crear un lenguaje audiovisual propio en el continente. A quien definiera su relación con el cine en cierto momento “como la de un matrimonio mal avenido,que no pueden vivir juntos ni separados”,a Gabriel García Márquez, como “ofrenda”, esta fiesta toda.
En los 10 días del certamen, con un programa “muy potente” como lo reseñó Iván Giroud presidente del evento, y con la presencia de invitados de la talla de Benicio del Toro, Paco León y Matt Dillon, se proyectaran muestras retrospectivas, ciclos de cine alemán, español e independiente afroestadounidense. Variedad esta que como fiel termómetro se aprovechará para ver el cómo y el por dónde marcha la producción cinematográfica en nuestra “comarca”.
Cotejo en el cual aparece,y muy bien representado por demás, el cine dominicano. Para sorpresa de los espectadores, quienes no estaban acostumbrados a la reiterada presencia en cartelera del Festival de muestras del patio ; estas se encuentran en concurso en diversas categorías. Es el caso de la pieza Dólares de arena de Israel Cárdenas y Laura Amelia Guzmán concursando en la categoría de largometraje de ficción,Biodegradable de Juan Basanta en la de filme fantástico y terrorífico, Suicidio y asesinato Guille Mueses, Tu y yo de Oriol Estrada Martos en el género documental y Cristo Rey de Leticia Tonos quien participa como única obra dominicana en el evento, dentro de la sección A sala llena a cargo de presentar las propuestas de la popularidad en esta edición.
Tratando de hacer un evento completo y complejo en cuanto a diversidad y diálogo, complementarán la cita eventos teóricos dedicados a la creación y crítica audiovisual, conferencias, talleres de guión y presentaciones de libros relacionados con el séptimo arte. La imagen no se buscará solo en las pantallas grandes de los cines citadinos, retomará iniciativas tan enriquecedoras de experiencia como los autocines o cine-móvil.
El cine impone aquí una vez más la voz de toda una región. Crea, propone, renueva diálogos en torno a una diversidad que es en un final no más que los cimientos de la unidad misma. Lo que nos separa, lo que nos une.¿O es que no ha oído el dicharacho?… Dios los crea y el diablo los junta. Pues sin saber bien a quien agradecerlo, juntos estamos, al menos, durante los próximos días en la Habana en complicidad con una forma de decir que nos ensambla: El cine.