El ritual del tubi: el toque final de las mujeres para la cena de Nochebuena

Durante la mañana y tarde del 24 de diciembre, muchas mujeres acudieron a salones de belleza para hacerse el último retoque antes de la cena de Nochebuena.

Descubre cómo las mujeres dominicanas se preparan para la cena de Nochebuena con la técnica del tubi.

Santo Domingo.– Durante la mañana y la tarde del 24 de diciembre, los salones de belleza vivieron una de sus jornadas más activas del año, marcada por la expectativa de la cena de Nochebuena.

Desde temprano, mujeres de distintas edades acudieron a estos espacios para darse el último retoque y asegurarse de lucir impecables en una de las noches más especiales del calendario. Para muchas, el objetivo no era salir con el peinado definitivo, sino prepararlo con antelación mediante una técnica tradicional y muy conocida: el tubi.

El tubi consiste en envolver el cabello de forma cuidadosa para mantenerlo alisado, ordenado y protegido hasta el momento de soltarlo. Esta práctica permite que, al llegar a casa, el pelo conserve la forma deseada sin necesidad de pasar nuevamente por el salón.

  • Por esta razón, fue común ver durante el día a mujeres caminando por las calles con el cabello recogido, cubierto con redesillas o pañuelos, como parte de ese proceso previo al arreglo final.

Muchas de las féminas que trabajaron ese 24 de diciembre aprovecharon las primeras horas del día para arreglarse.

“Me recojo el pelo, me hago un tubi hasta llegar a la casa y en la noche me cambio, me visto de otra forma y me suelto el cabello”, explicó una de las clientas, reflejando una rutina compartida por muchas.

Organización y trabajo en los salones de belleza el 24 de diciembre

Esta organización les permitió cumplir con sus responsabilidades laborales sin renunciar al deseo de verse arregladas para la celebración familiar.

Las especialistas de belleza también se prepararon con antelación. Zaira Fernández, estilista con años de experiencia, señaló que trabajó únicamente por citas previamente acordadas.

Desde las siete de la mañana comenzó a atender a sus clientas, dejando solo algunos turnos para la tarde. “Cerramos temprano por motivo de la cena”, explicó, destacando que tanto estilistas como clientas buscaban cumplir con sus compromisos sin afectar el tiempo dedicado a la familia.

Otras trabajadoras de salón confirmaron que la jornada transcurrió de forma organizada. Carolina, encargada del lavado de cabello, comentó que muchas clientas adelantaron su preparación en la mañana y regresaron más tarde para completar el proceso. Lavados, rolos, tratamientos técnicos y detalles finales formaron parte del ambiente típico de esa víspera navideña.

Al caer la tarde, la escena se repetía en calles y barrios: mujeres con tubis y redesillas regresando a casa, listas para el momento final del arreglo.

Un ritual sencillo, pero significativo, que forma parte de la tradición de Nochebuena y del deseo de cerrar el año luciendo lo mejor posible junto a los seres queridos.