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Fe y Vida: “Bienaventuranzas de los Amigos”

Ray Ortega.

Ray Ortega.

Un cordial saludo a todos mis queridos lectores.

Soy de una Isla más o menos de regular tamaño localizada en el Caribe y que lleva por nombre Cuba. Salí de la misma hace muchísimo tiempo, me recuerdo que iba a cumplir los 16 años, fue por allá por el año 1960, ya de esto hacen unos cuantos años, pero aunque viví en los Estados Unidos por muchos y largos años me siento muy caribeño, y aprendí a tomar lo bueno de otra cultura y a conservar todo lo bueno que hay en la hispana, como es comer habichuelas, arroz, carne y conservar los buenos modales y las costumbres que me enseñaron mis padres y abuelos, sobre todo el amor a Dios y a mis semejantes.

Me recuerdo que en mi pequeño país habían muchos refranes, pues como casi todos saben en Cuba vivían muchísimos españoles, ellos los utilizaban mucho. Varios de ellos que habían emigrado hacía mucho tiempo y otros que emigraron cuando la guerra civil española y allí formaron su familia, y uno de esos casos es el mío, que mis abuelos maternos vinieron de Barcelona y los paternos de Canarias. Esos refranes eran parte de nuestra cultura y se familiarizaba uno con ellos a tal extremo que los decíamos o utilizábamos en cualquier ocasión.

Hay uno que se repetía muchísimo y era: “El que tiene un buen amigo, tiene un Central Azucarero” Eso quiere decir que el que tiene un buen amigo es una persona millonaria, a la cual nada le falta, pues tiene todo lo que es necesario para vivir materialmente, más la amistad, y cariño.

Les he hecho este preámbulo porque hace unos días llegó a mis manos un escrito que se titula: “Bienaventuranza de los Amigos” y es así como he titulado este artículo, y quiero compartir con Ustedes el mismo, y dice así: “Dichosos los que ponen su alegría en alegrar a otros, porque ellos experimentarán la alegría que brota de Dios. Los que se hacen dignos de que sus amigos les confíen sus secretos, porque de ellos es el reino de los corazones. Los que alaban, los que colaboran, los que dan, los que entregan, porque con la misma medida que midieren serán medidos. Los que hacen favores a sus amigos, aún ahorrándoles la molestia de pedirlos; porque ellos conocerán que el gozo de dar es mayor que el de recibir. Los que siguen amando a sus amigos cuando los ven caídos en desgracia, más aún los que aportan su dinero, su tiempo y su bondad para que no caigan, porque ellos serán levantados en sus días. Los que aman a Jesucristo que amó incluso a los desconocidos, a los ingratos, a los molestos, porque ellos cumplen el mandato nuevo del amor. Los que tienen hambre y sed de amor como quiere Cristo, porque ellos serán saciados con la amistad de la familia de Dios. Los que aman con corazón limpio, porque ellos verán a Dios.

Tú que ahora me lees eres bienaventurado si tienes algunos amigos que más o menos tengan estas cualidades, yo por lo menos tengo varios por eso me siento que tengo más que un central azucarero, tengo varios.

Termino con el Versículo 14, del Salmo 25 que dice: “El Señor confía en los que le temen y les muestra su amistad”

Hasta la próxima y muchas bendiciones para todos.

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