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Fe y Vida: “El Tiempo”

Ray Ortega.

Ray Ortega.

Un cordial saludo a todos mis queridos lectores.

Hay quienes dicen y piensan que el tiempo lo borra todo. Yo difiero de eso, porque no siempre el tiempo cura las heridas hechas al corazón, y no me refiero a heridas de armas de fuego o armas blancas, me refiero a heridas sentimentales, que a veces duelen y matan más lentamente que las heridas con armas cualquiera que fuese.

Es muy posible que el tiempo lo que haga, es hacernos olvidar momentáneamente pero cuando esas cosas que llevamos dentro y muy profundo vienen de nuevo a nuestra mente, nos damos cuenta que el tiempo pasado no las ha borrado de nuestro corazón. Lo que si estoy completamente de acuerdo es que con el tiempo aprendemos, pues el tiempo nos enseña. Hay un refrán que dice: Más sabe el diablo por viejo, que por diablo. De nuevo repito, hay cosas que se aprenden con el tiempo, pero las heridas del alma, ni aun el tiempo las borra. Las heridas se superan, pero no se pueden borrar y las cicatrices quedan.

Llegó a mis manos algo que escribió Jorge Luis Borges, escritor de historias cortas y poeta nacido en Buenos Aires, Argentina, el 24 de Agosto de 1899, y dice así: Después de un tiempo uno aprende la sutil diferencia entre sostener una mano y encadenar un alma. Uno aprende que amor no significa sexo. Una compañía no significa seguridad. Que los besos no son contratos, los regalos no son promesas. Uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta y los ojos abiertos. Uno aprende a construir todos sus caminos en el hoy. Porque el terreno del mañana es demasiado inseguro para planes…y los futuros tienen esa forma de caerse en la mitad.

Después de un tiempo uno aprende que si es demasiado, hasta el calor del sol quema. Así que uno planta su propio jardín y decora su propia alma, en lugar de esperar a que alguien le traiga flores. Y uno aprende que realmente es fuerte, que uno realmente vale, que uno realmente aprende y aprende…y con cada día uno aprende. Con el tiempo aprendes que estar con alguien porque te ofrece un buen futuro, significa que tarde o temprano querrás volver a tu pasado.

Con el tiempo comprendes que sólo quien es capaz de amarte con tus defectos, sin pretender cambiarte, puede brindarte toda la felicidad que deseas. Con el tiempo te das cuenta de que si estás al lado de esa persona sólo por acompañar tu soledad, irremediablemente acabarás no deseando volver a verla. Con el tiempo entiendes que los verdaderos amigos son contados, y que el que no lucha por ellos tarde o temprano se verá rodeado sólo de amistades falsas.

Con el tiempo aprendes que las palabras dichas en un momento de ira pueden seguir lastimando a quien heriste durante toda la vida. Con el tiempo comprendes que si has herido a alguien duramente, muy probable nada jamás será igual. Con el tiempo te das cuenta de que aunque seas feliz con tus amigos, algún día llorarás por aquéllos que dejaste ir. Con el tiempo te das cuenta de que cada experiencia vivida con cada persona es irrepetible. Con el tiempo te das cuenta que el que humilla o desprecia a ser humano, tarde o temprano sufrirá las mismas humillaciones o desprecios multiplicados al cuadrado.

Con el tiempo comprenderás que apresurar las cosas o forzarlas a que pasen ocasionará que al final no sean como esperabas. Con el tiempo te darás cuenta de que en realidad lo mejor no era el futuro, sino el momento que estabas viviendo justo en ese instante. Con el tiempo verás que, aunque seas feliz con los que están a tu lado, añorarás terriblemente a los que ayer estaban contigo y ahora se han marchado. Con el tiempo aprenderás que intentar perdonar a pedir perdón, decir que amas, decir que extrañas, decir que necesitas, decir que quieres ser amigo…ante una tumba ¡Ya no tiene ningún sentido! Pero, desafortunadamente, lo aprenderás…!Solo con el tiempo!

Si tus padres han partido a vivir en la presencia de Dios, pregúntate si el tiempo los ha borrado de tu mente y de tu corazón, y si todavía los tienes vivos aquí en la tierra, pregúntale a algún que haya vivido esa experiencia.

Termino con el Versículo 33, del Capítulo 11 de la carta de San Pablo a los Romanos que dice: “Que profundas son las riquezas de Dios, y su sabiduría y entendimiento. Nadie puede explicar sus decisiones, ni llegar a comprender sus caminos”.

Hasta la próxima y muchas bendiciones para todos.

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