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Festejan con Misa Independencia dominicana en Trinidad y Tobago

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Padre José Harris

Trinidad y Tobago.- La ceremonia religiosa fue celebrada por el párroco trinitario Padre José Harris, con la ayuda de la Hermana Rosa Débora.

El Sacerdote Harris, al tiempo que elevó sus plegarias para que la República Dominicana continuara trillando un presente y futuro de bienestar, agradeció al pueblo dominicano “acoger en su seno a decenas de seminaristas de Trinidad y Tobago que realizan sus estudios en tan bello país”.

Acudieron a la misa los embajadores de Guatemala, El Salvador, Venezuela, Cuba, Argentina, Chile, México, el Alto Comisionado de la India y una delegación de la Asociación de Estados del Caribe,  así como funcionarios del gobierno e intelectuales trinitarios.  De igual forma, participaron en la eucaristía representaciones de la comunidad dominicana y de los latinoamericanos residentes en Trinidad y Tobago.

 

Embajador Serulle Ramia destaca objetivo principal de la ceremonia

En sus palabras de agradecimiento, el Embajador dominicano en la República de Trinidad y Tobago, Dr. José Serulle Ramia, subrayó que un “propósito esencial nos reúne en este 27 de febrero del 2011 en este sublime templo de la esperanza y paz verdaderas. En efecto, se celebra el 167 aniversario de la Independencia de la República Dominicana, un país del Caribe que viene afanando, con la voluntad inquebrantable de su Estado, pueblo y nación, para conquistar cada día mejores condiciones de vida, de trabajo y de felicidad colectiva, y para afianzar lo adquirido con tanto heroísmo, arrojo y sacrificio: su libertad, soberanía e independencia. Esto último, sin dejar de transitar por la vía de una humanidad solidaria”.

Entrando en consideraciones geográficas e históricas, el diplomático aseveró que “dos pueblos compartimos una preciosa isla del Caribe, isla donde viven más de diez millones de dominicanos y dominicanas y donde labran su destino día a día otros diez millones de haitianos y haitianas. A esa isla, dibujada de hermosas montañas y tapizada de frescos y verdes valles, rodeada de sistemas costero-marinos donde los oleajes reposan en el murmullo de sus playas de arena blanca, los colonizadores la llamaron La Hispaniola. Ya por los siglos XVII y XVIII, producto de los conflictos de expansión que animaban a potencias coloniales, la dividieron en una parte española, al este, y en otra francesa, al oeste.  Luego, cuando se tejieron regímenes de producción y culturas distintas en las dos partes de la isla, emanaron dos pueblos que, con sus  heroicas luchas contra la esclavitud y contra la opresión, por la libertad y su soberanía, se transformaron en el 1804 en la República de Haití y en el 1844 en la República Dominicana”.

 

Enfatizando en la vida solidaria que caracteriza a los dos pueblos que comparten la isla, el Embajador José Serulle Ramia recalcó que “esas dos naciones caribeñas –Haití y República Dominicana- articulan esfuerzos de manera solidaria para progresar en un ambiente de paz y armonía”.

Asimismo, el diplomático dominicano estableció que “este aniversario de la Independencia dominicana era propicio para expresar uno de los más preciados deseos del Presidente de la República, Dr. Leonel Fernández Reyna, de nuestro pueblo y Estado, de que la República Dominicana y la República de Trinidad y Tobago continúen fortaleciendo sus nexos, como forma concreta de ensanchar sus buenas relaciones a todos los niveles, y así coadyuvar al bienestar de sus dos laboriosos y hospitalarios pueblos”.

Ese sentimiento, concluyó el Embajador Dr. José Serulle Ramia, “se hace extensivo a las buenas relaciones que debemos mantener todas las naciones del Caribe y de Latinoamérica, y de nuestra región con el resto del mundo, para que podamos hacer mayores aportes a la redención de todo el género humano”.

 

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