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Batalla Electoral 2024

Hipólito Mejía: vergüenza sin límites

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Los políticos dominicanos nadan en las mismas aguas turbias de toda la vida. No sorprende, y estoy segura que no sólo a mí, que personajes díscolos y chabacanos como lo es el candidato oficial para las próximas presidenciales del partido del desorden y la sinvergüencería por excelencia, el PRD,  Hipólito Mejía opte nuevamente a este cargo.

Parece un cuento chino o peor aún, una pesadilla maldita pensar que este personaje, vuelva a las riendas del poder, a dirigir esta maltrecha nación que tanto necesita de un líder capaz,  sin manchas ni cola que pisarse, como lo tiene él.  Hay que ser un ser humano sin límites en la vergüenza para haber tenido la cachaza de aspirar nuevamente a estar en un sistema presidencial,  aparecer en los medios, estar en el meollo de la cuestión, donde lo único que hizo durante su primera y única gestión, fue enlodar el gobierno dominicano a todas luces y en cada esquina.

Me da a una risa nerviosa cada vez que observo a Mejía. Miedo es lo que siento cuando lo escucho hablar, prometer el cielo, a los ignorantes de esta media isla, como lo hizo ayer durante su proclamación. Ahora, es el apóstol que todo lo puede arreglar y resolver. El santo de la educación que hará todo lo posible para garantizar que cumplirá con la entrega del 4% del Producto Interno Bruto (PIB) para la educación, de ganar las elecciones presidenciales del 2012. ¿Por qué no lo hizo antes?

No sólo eso, Mejía dijo también, y ahí es que hay que ser cínico en esta vida,  que «expondrá un plan de nación que sirva de plataforma programática para concertar un gran acuerdo con las fuerzas políticas, económicas y sociales del país, para enfrentar la delincuencia, la corrupción, y la pobreza con más educación, empleo, alimentación y salud».

Hay que estar vivo, sólo para escuchar este glosario de pretensiones y promesas cuando quien las dice, ha sido uno de los políticos que más daño ha hecho a la sociedad dominicana desde que asumió la jefatura del Estado Dominicano, en cuestiones de: violencia, narcotráfico, corrupción a escalas inverosímiles, aprobación y despilfarro de bonos soberanos, préstamos internacionales y nacionales, y un largo……etc…

Parece que Mejía tiene amnesia, en cuanto a sus actuaciones de su primer gobierno. Falto de memoria, en cuanto a los personajes truculentos y dañinos que lo acompañaron en su afán de arruinar a este país, y que todavía tienen una cuenta pendiente con la justicia dominicana.  Mejía, no recuerda, lo permisivo que fue con todo y con todos a su alrededor. Todo está olvidado… como dice una frase por ahí «borrón y cuenta nueva». Qué frase tan perjudicial para este país..!!!!!

A pesar de todo esto, el malo de la película no es él, ni el fatídico PRD, donde el hambre de poder no da abasto para tranquilizar a la jauría. Los malos somos nosotros, es este pueblo atiborrado de alcornoques que siguen creyendo en semejantes personajes fatuos de cartón piedra, como Hipólito Mejía.
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