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La píldora de emergencia no es abortiva

La píldora de emergencia, conocida también como “del día después”, es un anticonceptivo para ser utilizado después de la relación sexual, nunca antes. No es un método anticonceptivo de uso continuo, como algunas han entendido. Debe ser utilizado en los días siguientes a un coito sin protección anticonceptiva, con el fin de evitar un embarazo no deseado. Para tal efecto, se usan pastillas de levonorgestrel solo, o pastillas combinadas de estradiol y levonorgestrel. Ambas contienen las mismas hormonas que se usan regularmente como anticonceptivos.

La píldora de emergencia es inocua y no tiene contraindicaciones médicas. Están aprobadas por la Organización Mundial de la Salud. Su uso está indicado para evitar embarazos no deseados, cuando no se ha usado otro método antes del acto sexual, cuando el método utilizado ha fallado o cuando ha habido una violación. En nuestro país, las normas para el manejo de los casos de violación incluyen su uso.

¿Cómo actúa la píldora de emergencia?
• Detiene o retrasa la ovulación.
• Aumenta el moco cervical, es decir, evita que los espermatozoides fertilicen el óvulo liberado.
• Evita que el ovulo fecundado migre al útero para implantarse y desarrollarse.

Si la mujer está embarazada, la píldora no impide ni altera su desarrollo, pues la sustancia que contiene es derivada de la progesterona, hormona esencial para mantener el embarazo.  Esto explica que el método sea poco eficaz para prevenir el embarazo cuando se usa tardíamente. Las hormonas utilizadas en la píldora de emergencia aunque se administre en altas dosis no son abortivas.

La píldora de emergencia debe administrarse en las primeras 72 horas (3 días) después de tener un coito sin protección contra un embarazo.  La administración de una dosis única es más efectiva que dosis divididas cada 12 horas. Con el uso excesivo de la misma se pierde su eficacia y efectividad además de generar alteraciones del ciclo menstrual  desde aumento en la cantidad o en la duración del sangrado, hasta adelantar o retrasar la menstruación.  El mercado se beneficia de la poca información de la  población, el cuerpo de las mujeres sufre, pero eso no le duele a nadie.

Las farmacias del pueblo, Promese Cal, no venden anticonceptivo ni condones. La educación sexual y el acceso a métodos anticonceptivo son una deuda del Estado, un derecho humano.

Para las parejas entender que la píldora de emergencia no es un anticonceptivo habitual y utilizarlo solo en casos de emergencia necesitan anticonceptivo de uso continuo, además de  educación sexual.

Pero eso último es una quimera en un país que niega el mísero 4%.

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