Padecemos una escasez de estadistas retirados cuyo interés en la política no sea afanar por volver al poder. Para Leonel, serían su cuarta y quinta presidencias.
Esa obcecación y su tesonero trabajo político le permiten vanagloriarse por llevar a la JCE una lista de afiliados que él asegura cuenta con más de un millón de votantes.
En algunas encuestas marca como un posible contrincante de Luis Abinader para 2024, apenas a dos años de distancia.
Los tres gobiernos de Leonel fueron bastante exitosos, pese a que las denuncias de corrupción ensombrecen su legado. Sin embargo, es bíblico que ninguna casa dividida gana contiendas y luce muy difícil que el PLD y los leonelistas se entiendan.
Gran parte del crecimiento de la FUPU puede desplomarse simplemente conque el gobierno le saque la alfombra debajo de sus pies.
Es una pena que en vez de asumir un rol trascendente como “elder statesman”, Leonel prefiera seguir encharcado en el lodazal partidista. Por más errores que cometa Luis, el electorado luce sentir que los de antes fueron peores.
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