El reloj de bolsillo que perteneció a Isidor Straus, quien murió junto a su esposa Ida abrazado durante el hundimiento del Titanic, fue vendido por 2,3 millones de dólares en Inglaterra.
Inglaterra.– Un reloj de bolsillo que perteneció a Isidor Straus, quien murió junto a su esposa Ida abrazado durante el hundimiento del Titanic, se vendió recientemente por 2,3 millones de dólares, convirtiéndose en el recuerdo más caro del histórico barco jamás subastado.
La venta, realizada en Inglaterra por la casa Henry Aldridge & Son, marcó un récord en el mercado de memorabilia del Titanic.
El reloj, de oro de 18 quilates y firmado por Jules Jurgensen, fue un regalo para Isidor Straus en su 43º cumpleaños. Tiene grabadas sus iniciales y la fecha de la efeméride, lo que aumenta su valor histórico y sentimental.
Andrew Aldridge, subastador de la casa, destacó que “uno de los elementos cruciales de su valor reside en la identidad de su propietario”, resaltando la historia de lealtad y afecto de la pareja que cautivó al mundo.
Isidor y Ida Straus viajaron en primera clase en la travesía inaugural del Titanic desde Southampton a Nueva York en marzo de 1912. Durante las horas finales del naufragio, Isidor se negó a ocupar un lugar en los botes salvavidas, cediéndolo a otros pasajeros.
Ida permaneció junto a él sobre la cubierta, y ambos fueron vistos por última vez abrazados. Solo el cuerpo de Isidor fue recuperado y posteriormente sepultado en Estados Unidos.
El reloj permaneció en la familia Straus durante más de un siglo antes de salir a subasta.
Además de este valioso objeto, otros recuerdos históricos del Titanic también se vendieron el mismo día, como una carta manuscrita de Ida Straus, un listado de pasajeros y una medalla dorada para la tripulación del RMS Carpathia, el primer barco en llegar tras el hundimiento.
El monto total recaudado en la subasta alcanzó 3,92 millones de dólares, reflejando el interés mundial por los objetos que preservan la historia del Titanic.
La tragedia de los Straus sigue siendo un símbolo de amor y lealtad, inmortalizada en el cine y en múltiples relatos históricos. La venta del reloj no solo establece un récord económico, sino que también recuerda al público la humanidad y valentía de quienes vivieron aquel fatídico viaje hace más de 113 años.