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Residentes en Cristo Rey esperan se retomen los trabajos de remozamiento de una escuela

Los espacios disponibles ya no alcanzan, y los que han logrado inscribir a sus hijos, ahora alzan la voz para exigir que se termine la construcción de la extensión de este plantel, una obra que prometía resolver el problema, pero que lleva más de cinco meses paralizada.

Residentes en Cristo Rey esperan se retomen los trabajos de remozamiento de una escuela

Por: Ana Paula González.

Santo Domingo.- En el sector Cristo Rey, una escuela espera desde hace más de 5 meses que se retomen los trabajos de remozamiento iniciados hace 2 años que permitirían alojar a cientos de estudiantes. La paralización de esta obra afecta directamente la calidad de la enseñanza según comentan.

Rocío Martínez, dice que el futuro educativo de su hija depende de un hilo. Esta madre asistió este miércoles desde tempranas horas a la Escuela Parroquial Cristo Rey con la esperanza de encontrarle un cupo, pero no hay aulas suficientes.

 “Los cupos son muy limitados, no vamos a entrar todos porque no hay espacio, somos 80 aplicando y solo hay 40 cupos disponibles”, declaró Martínez.

Los espacios disponibles ya no alcanzan, y los que han logrado inscribir a sus hijos, ahora alzan la voz para exigir que se termine la construcción de la extensión de este plantel, una obra que prometía resolver el problema, pero que lleva más de cinco meses paralizada.

“Esta escuela lleva 60 años en nuestra comunidad dando servicio y trabajando con familias de muy escasos recursos, la comunidad demanda de más aulas para el cupo de sus niños, el parroquial Cristo Rey cuenta de una matrícula de casi 600 estudiantes, las aulas que tenemos actualmente no son suficientes para esa cantidad de niños”, expresó Amaury Rodríguez, presidente asociación de padres.

“Estamos sin solución, puesto que nuestros hijos tienen muy poca edad para uno mandarlos lejos de la casa a estudiar, es un peligro”, añadió Sarah Fermín, madre de la estudiante.

Dos años han pasado desde que iniciaron los trabajos para ampliar la escuela, y aunque el esqueleto de lo que sería el nuevo pabellón se levanta en el patio, el proyecto quedó en pausa sin explicación clara.

La asociación de padres, madres y tutores de este plantel se vio en la obligación de dividir un salón de clases en dos, para poder así ampliar el cupo de los estudiantes.

El polvo de la construcción no solo se siente afuera. Ha invadido los salones donde los estudiantes intentan concentrarse. Por eso, los padres tomaron la iniciativa de instalar aires acondicionados para protegerlos, pero lo que parecía una solución trajo consigo nuevos obstáculos.

“Aquí tenemos un transformador de 50 Kw entonces cuando conectamos los aires, el transformador se dispara porque la capacidad que tiene no es suficiente”, indicó Amaury Rodríguez, presidente asociación de padres.

Y aunque en el aula luchan contra el polvo, en la clase de educación física la situación es todavía más complicada. Las canchas donde antes jugaban ahora están ocupadas por la obra paralizada, y los profesores deben salir del plantel para dar la clase en un espacio improvisado.

“Mi hija siempre llega diciéndome que no pueden hacer algunos ejercicios porque la cancha está ocupada, no hay espacio para la construcción”, relató Rosa Altagracia, madre de la estudiante.

Mientras tanto, padres, maestros y estudiantes esperan respuestas. Sueñan con ver terminada la obra y con que cada niño del barrio tenga su lugar seguro en la escuela.