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Batalla Electoral 2024

Un “ Por ejemplo”

Las mujeres mueren por causas evitables. Penalizar el aborto no salva fetos, mata mujeres. Cuando una mujer decide interrumpir un embarazo  el hecho de estar penalizado no lo evita. Son capaz de poner en riesgo su vida, e incluso morir.

Reducir la mortalidad materna es imposible sin despenalizar el aborto.   Las condiciones de inseguridad en que se realizan los abortos son un medio de cultivo para complicaciones que van desde una histerctomía (vaciado), hasta la muerte.

Un “por ejemplo”. En Boca Chica todos la conocían como Cuca, aunque en su cédula decía Margarita.  Al amanecer los gritos de su hija despertaron el vecindario: “Mamá esta muerta, está muerta”. Su marido se aferraba a ella como lo hace un naufrago a su tabla, “¿cómo voy a criar nuestros doce hijos?   Para Cuca interrumpir el embarazo está penalizado con la muerte y la orfandad de sus descendientes. La autopsia reporta aborto infectado, Síndrome de Mondor.

Al sentirse mal, Fanny decide irse donde su madre a Yaguate. Ante la indiferencia del Congreso Dominicano, con veinte y una  primaveras, no hay mejor lugar para morir que el regazo de mamá.

Murió por una infección producida por un aborto séptico.  Fanny no estará más. Su hijo de 3 años tendrá que aprender a  enfrentar la vida como lo que es, un huérfano, huérfano del Congreso.

Witney tenía vente y cuatro años cuando la ley le hizo pagar con la vida el interrumpir un embarazo. Vivía en Invivienda con su hija, la que hoy incrementa las cifras de niñas y niños huérfanos a causa de nuestro silencio. La autopsia también reporta aborto infectado, aborto séptico.

En Hato Mayor, María dejó 4 hijos huérfanos, se le ocurrió interrumpir un embarazo y murió por una infección generalizada a causa de un aborto séptico, Síndrome de Mondor.

Donde el amanecer huele a leche recién ordeñada, en  Valverde Mao, murió Mona, a sus veinte ocho  años.  Al intentar interrumpir su embarazo, se perforó el útero, una infección generalizada la mató. Dejo huérfanos sus 5 hijos.

Pamela acababa de cumplir los diez y nueve años cuando una infección generalizada por aborto séptico la saco de este mundo.  Esperamos la autopsia.  No me cabe la menor duda de que estamos frente a una epidemia de Síndrome de Mondor.

La interrupción del embarazo de manera oportuna y en manos de profesionales contribuye a que las mujeres no continúen muriendo, a salvar vidas, a  reducir las muertes maternas. Apelamos a la condición humana y  a la solidaridad de las y los legisladores dominicanos.  Defendamos la vida, despenalizar el aborto salva vidas.

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