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Batalla Electoral 2024

Urgente: San Félix

Tony Pérez.

No conozco al influyente senador oficialista por San Juan de la Maguana, Félix Bautista. No he visto nunca en persona al ex director de la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado y mano derecha del Presidente Leonel Fernández.

O mejor, solo he visto una vez a esa figura mulata, flaca y de boca grande cubierta por bigotes poblados (¡Oh, se los ha quitado!), cuando caminaba rauda, en dirección sur-norte, por el pasillo principal de la Facultad de Humanidades de la UASD, resguardada por un séquito.

Carezco, por tanto, de datos que me induzcan a calificar su vida de funcionario administrador de multimillonarios fondos públicos.

Pero si me llevara de las denuncias mediáticas recurrentes del opositor Partido Revolucionario Dominicano y de algunos opinantes mediáticos, él es el diablo en persona y un cleptómano insalvable, catalizador de toda la corrupción histórica del sistema político dominicano. De tan grandes tachas que otros tachados hasta el tuétano se sienten éticos e inmaculados frente a él, y hasta lo embisten.

Mi rol como periodista comprometido no es sin embargo dejarme llevar por el rumor de las olas de acusaciones y contra-acusaciones y hacer de loro en el tráfago de una reñida campaña electoral, mientras carezca de documentación cruzada y depurada con paciente actitud de duda, que me obligue a categorizarlo –o a pensarlo– como el templo nacional del latrocinio.

Hace treinta años que hago votos a diario para no ofender, ni difamar, ni calumniar a personas particulares ni a funcionarios, desde mi condición privilegiada de profesional de la comunicación activo. Porque creo en que las manchas dejadas por los medios son indelebles. Imposible sacarlas con el cloro del “perdóname y abrázame” a posteriori, entonado con un sorbo de vino o champagne durante una tarde romántica en un restaurante de lujo.

Y como creo en ello, siempre he dicho a algunos de mis amigos que yo no apelaría a la justicia en pañales que ostentamos, si un arrebatado, desde los instrumentos de información me gritara, sin razón, delincuente o cosa parecida. Estoy convencido de que aquí debemos rescatar los límites naufragados del “respeto al derecho ajeno” en muchos sitios donde el libertinaje ya es ley.

Eso no significa en modo alguno que crea en el legislador en cuestión. Ni que le invite a reaccionar como yo lo haría frente a denuncias tan extremas, pues el radicalismo que expreso es factura única de mi personalidad.

Sí entiendo que, al menos, no debería dar la callada por respuesta por cuanto está perdiendo la batalla de la percepción pública. Y no debería despreciar los ataques en vista de las consecuencias negativas en su entorno político y familiar, a menos que se sienta culpable y haya decidido, motu propio, sacrificar de por vida su imagen pública, para hacer de gatekeeper de los lodos orientados a su mentor Leonel Fernández.

Aún así, ¿para qué servirían sus millones y su influencia sin la paz que provoca la mirada escrutadora de la sociedad a él, a sus padres, a su esposa, a sus hijos? Para nada, salvo que sea un desvergonzado.

Quiero ver a un Félix Bautista combativo, respondón; sometiendo a la justicia a cuantos él entienda le hayan difamado e injuriado. Verlo como un verdadero guerrero, luchando sin cesar, hasta demostrar que sus acusadores son unos verdugos, prototipos de la mentira. Quisiera verlo decidido, devolviendo golpe por golpe, desde Sunland hasta hoy; o desde 1996 hasta hoy.

Me imagino que ese hombre posee dinero para defenderse y, sobre todo, demostrar que si es dueño de fortuna, bien o mal habida, la habría compartido con un entorno partidario, profesional y empresarial multicolor que en la coyuntura se mueve de manera cínica bajo el manto del silencio o de los discursos hipócritas.

Necesito con urgencia oír los nombres y apellidos resonantes, con afiliación incluida, de quienes nomás ayer le veneraban y le consideraban San Félix y hoy “se lavan las manos”.  Así avanzamos más en la filmación de película sobre la lucha de ocasión en contra de la corrupción y a favor de la transparencia.

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