La política de Donald Trump contra Venezuela ejemplifica la agresión directa de EE.UU. en la región caribeña.
Santo Domingo.– 1.- Lo que está demostrando la realidad política en América Latina y el Caribe es que nuestros países pueden ser dañados por los Estados Unidos de manera impune.
2.- Las acciones contra nuestros pueblos por parte de grupos poderosos norteamericanos son el resultado del estado de desprotección en que nos encontramos.
4.- La sumisión a la política exterior estadounidense por parte de gobiernos peleles somete a la soberanía nacional a una cosa sin importancia, a una insignificancia.
5.- La obediencia de la generalidad de los presidentes de la región a los representantes de los monopolios de los Estados Unidos permite que estos se manejen por aquí a su gusto, por la libre.
6.- El cambio de actitud, la postura de una comunidad, no se modifica de un día para otro. Se precisa hacer un trabajo concienzudo.
8.- El pueblo dominicano es un vivo ejemplo de lo que es un conjunto de personas nobles dañadas por la voluntad de una minoría bellaca.
9.- Aquellos que aquí han utilizado el poder político, económico y social para satisfacer apetencias insaciables son los mismos que tienen a la República Dominicana como poca cosa al servicio de lo que conviene al imperio de occidente.
10.- Ante la renovación y aplicación de la doctrina Monroe, se hace más que necesaria la presencia de dirigentes políticos con dignidad, que pongan por delante la respetabilidad de que es merecedor su país.
12.- El señor Donald Trump está dirigiendo su política hacia nuestros países con la idea de que estamos gobernados por presidentes al servicio de los Estados Unidos.
13.- Cualquier ciudadano latinoamericano o caribeño que no esté bien formado ideológicamente con facilidad cae en estado de frustración, se le estropea el ánimo, echa a pique hasta su deseo de vivir.
14.- La política puesta en ejecución por el señor Donald Trump contra Venezuela prueba que se siente con las manos libres para golpear a quienes se opongan a sus acciones de agresión.
15.- Para no resultar perjudicado con la línea política del señor Donald Trump, se impone contrarrestarla con labor de correcta orientación a los sectores más sensibles de la sociedad.
16.- Como denigrante, ofensiva, afrentosa, degradante, infame y nada enaltecedora ni elogiosa puede considerarse la etapa política que estamos viviendo los latinoamericanos y caribeños de honor.