“Temo por mi vida”

El caso de Treyci Severino evidencia la necesidad de fortalecer mecanismos de protección y respuesta institucional.

Santo Domingo.– Si Treyci Severino termina asesinada, no bastará con llorarla: el sistema será corresponsable.

Una orden de alejamiento que no se ejecuta es papel mojado; una orden de arresto que no se cumple es permiso para reincidir. Ya hubo rapto, golpes y una víctima suplicando protección.

Ministerio Público y Policía deben actuar hoy, no “cuando se pueda”.

Prevenir es su deber. Fallar aquí sería complicidad institucional.