Vergés advierte que la felicidad tóxica es una fachada que oculta sufrimiento y no es auténtica.
Santo Domingo.– Durante una conversación en el programa El Despertador, el psicólogo Luis Vergés abordó el impacto emocional de las fiestas navideñas y aclaró una confusión común: la Navidad puede generar alegría, pero no necesariamente felicidad. Luis Vergés
Vergés explicó que la alegría es una emoción momentánea, activada por eventos como reuniones, fiestas, música y celebraciones propias de la época, mientras que la felicidad es un estado más estable y duradero, que se construye con el tiempo y no depende únicamente de un feriado o una celebración específica. alegría es una emoción
“El problema es que cuando se van las Navidades, también se va la alegría, pero la felicidad verdadera permanece”, señaló el especialista, al diferenciar ambos conceptos desde una perspectiva psicológica. felicidad verdadera permanece
El experto indicó que la felicidad se articula a partir de cinco elementos fundamentales: la capacidad de sentir placer, el compromiso con actividades significativas, encontrarle sentido a la vida, alcanzar logros personales y mantener relaciones positivas. A su juicio, una fiesta o una fecha especial no puede, por sí sola, reunir todos esos factores. cinco elementos fundamentales
En ese contexto, Vergés sostuvo que los bienes materiales no determinan la felicidad, aunque sí pueden facilitar el camino hacia ella al reducir cargas cotidianas. Sin embargo, advirtió que pensar que el dinero o los objetos garantizan bienestar es una “trampa”, ya que lo verdaderamente determinante es la actitud y la forma en que cada persona interpreta su realidad. bienes materiales no determinan
Durante la entrevista también se abordó el concepto de la llamada “felicidad tóxica”, que describió como una fachada utilizada por algunas personas para ocultar dolor o sufrimiento, aclarando que no se puede ser feliz de mentira, aunque sí aparentarlo. felicidad tóxica fachada
Vergés enfatizó además el papel de las expectativas en la percepción de felicidad, citando al psiquiatra Viktor Frankl, quien comparaba la felicidad con una mariposa que se aleja mientras más se persigue. Según explicó, enfocarse obsesivamente en “ser feliz” suele generar frustración, mientras que aceptar la vida cotidiana y reconciliarse con el pasado facilita un bienestar más auténtico. expectativas en la percepción
Finalmente, el psicólogo resaltó la importancia de manejar las pequeñas frustraciones del día a día, como el tráfico o los contratiempos cotidianos, señalando que las personas felices tienden a verlas como desafíos u oportunidades, no como motivos para arruinarse el día. manejar pequeñas frustraciones
“La felicidad requiere flexibilidad mental. Cuando nos quedamos atrapados en la frustración, se bloquea la posibilidad de experimentar bienestar”, concluyó.