El narcotráfico ha penetrado en la política dominicana, afectando la ética y el control en los partidos.
Santo Domingo.– A pocos días de finalizar el 2025, queda claro que ha sido un año difícil y, sobre todo, trágico, con pocas luces.
En este periodo se volvió a demostrar que la corrupción (caso Senasa) continúa siendo el cáncer que desgasta al Estado y enferma la democracia y la confianza en ella, siendo esto lo más peligroso.
Sin embargo, un punto a resaltar es el sometimiento de los señalados por atentar contra la salud de millones de dominicanos.
Estos doce meses también mostraron hasta qué punto ha penetrado el narcotráfico en la política y cómo la falta de controles y, sobre todo, de ética y moral ha convertido a la mayoría de los partidos políticos en verdaderos receptáculos de lo peor de la sociedad.
La tragedia, las lágrimas y la sed de justicia se hicieron presentes tras la infausta madrugada del 8 de abril en la discoteca Jet Set, donde más que el techo, fue la irresponsabilidad y el descuido lo que acabó con la vida de 236 personas, provocando un luto colectivo que muchos aún no superan.
Es justo dar crédito a los organismos de socorro y al pueblo en general por su solidaridad; ahora toca no olvidar.
A pesar de lo dantesco que pudo parecer el año, el pueblo dominicano ha mantenido su esencia, dinamismo y deseos de progresar.