Proteger la estabilidad financiera requiere responsabilidad y verdad para evitar consecuencias económicas negativas.
Santo Domingo.– Jugar con la integridad del sistema financiero por conveniencia política es una irresponsabilidad mayúscula.
Sembrar dudas infundadas no solo erosiona la confianza ciudadana, sino que expone a la economía a riesgos innecesarios: retiros masivos, encarecimiento del crédito y pérdida de estabilidad.
Las cifras oficiales confirman solidez y resiliencia.
Usar el miedo como herramienta política puede tener efectos devastadores y duraderos.
La estabilidad financiera no es un botín discursivo; es un pilar que debe protegerse con rigor, responsabilidad y verdad.