La movilización y conciencia popular son claves para enfrentar la opresión y lograr respeto en América Latina.
Santo Domingo.– 1.- Una reseña detallada de lo que ha sido el trato que los sectores económicos minoritarios norteamericanos, en complicidad con los grupos poderosos nacionales, les han dado a nuestros pueblos es para que permanezcan indignados.
2.- Lo menos que los latinoamericanos y caribeños pueden sentirse es irritados, sacados de quicio, montados en cólera al ser considerados pobres de espíritu que no dan para nada útil.
3.- En la mente de los opresores nacionales y extranjeros, los nacidos en estas tierras de América Latina y el Caribe estamos para ser gobernados de manera odiosa y despótica.
5.- Nos ven como algo de escaso valor o interés, para así justificar tratarnos a patadas, golpearnos a puntapié.
6.- Se han fijado la idea de que no somos merecedores de tener la consideración necesaria, todo para mantenernos afligidos, angustiados y cargados de tristezas.
7.- Ellos han tratado por diferentes medios a su alcance de quitarnos energía o vigor, para llevarnos a la pusilanimidad, y así convertirnos en unos encogidos, miedosos y flojos, incapaces de demostrar audacia.
8.- Han hecho todo lo posible para desnaturalizar la manera de ser que nos caracteriza, nuestro carácter, para presentarnos sin fisonomía propia.
9.- Ha sido su deseo vehemente que nos comportemos ausentes de naturalidad, para entonces ubicarnos como afectados, unos retorcidos.
11.- Hacen hasta lo indecible para mantenernos afligidos, con el objetivo de que arrastremos pesadumbre, desazón y toda clase de padecimientos.
12.- Consideran que no somos otra cosa que una insignificancia, una nadería, que merecemos ser tratados como algo sin importancia humana.
13.- Como nos consideran una porquería, a nuestros países los tienen, más o menos, igual a una porqueriza o pocilga.
15.- Como los adversarios se creen todopoderosos, hay que hacerles saber lo que son las masas populares de cada país movilizadas y bien dirigidas hacia la toma del poder del Estado.
16.- La gente de a pie dejará de ser considerada poca cosa cuando tome conciencia de que ella es la dueña de su destino y de la felicidad de todo el pueblo.